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Álvaro lago Lusquiños: "Buena parte de los incendios son generados por negligencias fáciles de esclarecer"

"La población de jabalí ha aumentado de forma exponencial; el lobo es un animal huidizo y difícil de encontrar"

El teniente Lago posa en su despacho de la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra. // Gustavo Santos

El pasado 12 de octubre, el Seprona recibió en Inglaterra el premio "Wildlife Without Borders" por su labor en la lucha contra el tráfico de la anguila europea, una especie en peligro de extinción. Este galardón llega en el año en el que se conmemora el 30 aniversario de la creación de este cuerpo de la Guardia Civil, cuyo cometido es la protección de la naturaleza. Álvaro Lago Lusquiños, es el teniente encargado de este servicio en la Comandancia de Pontevedra.

-¿Qué le parece el reconocimiento recibido en Londres?

-La verdad es que no me enteré de manera oficial, pero sí lo supe porque me llegó la noticia. No conocía yo este tipo de premios, pero lo cierto es que el Seprona a nivel europeo tiene cierto reconocimiento porque estamos trabajando en cuestiones, sobre todo, de delincuencia transnacional a través de Europol, e incluso tenemos oficiales trabajando en Bruselas y en otros puntos del continente.

-Después de tres décadas de existencia, ¿cómo ha cambiado la manera de luchar contra la delincuencia en un servicio como este?

-Cada vez nos vamos especializando más y abarcamos nuevas parcelas de responsabilidad. Últimamente le estamos dando mucha importancia a través de nuestra jefatura a la seguridad alimentaria y la seguridad del medicamento, que son la dos nuevas áreas de responsabilidad en la que trabajamos.

-¿Qué solución habría que aplicar a los ataques de lobo y jabalí en las explotaciones ganaderas?

-Los ataques del lobo y los destrozos que genera el jabalí, a través de los cauces y protocolos que marca la Xunta para poder compensar esos daños no entra en el marco de responsabilidad que tenemos nosotros. Nosotros sabemos que la población de jabalí ha aumentado en los últimos años de una forma exponencial, y en ese marco la administración está autorizando batidas. El caso del lobo es una cuestión más delicada porque se trata de una especie cazable, pero bajo autorización. Salvo casos muy excepcionales, la administración no suele autorizar batidas de lobos. Recuerdo que el año pasado, aquí, hubo una autorizada, pero el lobo es un animal muy huidizo y difícil de encontrar.

-Me imagino que los incendios forestales son un asunto que preocupa especialmente al Seprona de Pontevedra en una provincia tan azotada por las llamas.

-Los incendios son una característica de Galicia, de todo el noroeste, e incluso de una parte de Asturias, León, Zamora y el norte portugués. Hay mucho escrito sobre la problemática de los incendios forestales, pero realmente últimamente se han convertido en un riesgo no sólo para el medio ambiente sino también para la población. Coincide que aquí tenemos una población altamente diseminada con núcleos atomizados, e incluso rodeados por masas forestales, lo que siempre origina un riesgo evidente cuando se producen. Este año creo que hemos librado bastante bien. Normalmente, después de un año de grandes incendios, como sucedió en octubre de 2017, lo normal por la ley del péndulo es que al año siguiente no arda mucho, y este año sí se ha cumplido esa regla.

-¿Está la población más concienciada ahora con los incendios de lo que lo estaba años atrás?

-Las negligencias las encuadraría en las quemas autorizadas por la administración. La norma marca cómo hacerlas. Nosotros fiscalizamos muchas de esas quemas y comprobamos que se ajustan a lo reglamentado. Si no hay esas exigencias formulamos las denuncias correspondientes. Sabemos que una parte bastante cuantiosa de los incendios son generados por negligencias, que son fáciles de esclarecer. El riesgo más importante son los incendios dolosos, sobre todo cuando se dan las mejores circunstancias para que el fuego prospere, como son fuertes vientos después de sequías evidentes. Aquí normalmente hay una cultura de fuego. La lucha entre la vegetación y el hombre ha sido secular. Entonces ha surgido como medio de limpieza esa utilización del fuego, que hay que vigilar y regularizar para evitar males mayores en el monte.

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