Quedan pocos días para que oficialmente termine el verano y toca hacer balance de la temporada. A diferencia del comercio, la hostelería de Vilagarcía sí ha hecho su agosto. Literalmente. El presidente de Ahituvi, Ricardo Santamaría, señala que "hemos tenido un verano típico", de los tradicionales en la capital arousana. Es decir, un agosto con los locales abarrotados, ayudados por el aliciente de las fiestas de San Roque, y los demás meses más flojos.

Los de 2016 y 2017 fueron veranos atípicos. Ya había gente desde junio y se veía más turismo extranjero. Ahora eso de tener dos mesas ocupadas por gente de fuera ya no pasa. Este año hemos tenido más turismo local y nacional, de la gente que veranea aquí, los clásicos de toda la vida que vienen generación tras generación", apunta el presidente de la Asociación de Hostelería e Iniciativas Turísticas de Vilagarcía.

El día del Carmen -a mediados de julio- supuso un antes y un después para el sector hostelero de la capital arousana. "Pasó el Carmen y Vilagarcía comenzó a llenarse, y agosto fue brutal", valora el hostelero.

Y es que en agosto las calles del centro estaban llenas casi a cualquier hora del día. Y las terrazas, abarrotadas. De hecho en determinadas jornadas no resultaba fácil encontrar una mesa, ni para tomar algo ni tampoco para comer.

En cuanto a las esperas y colas, Ricardo Santamaría apunta que "la infraestructura que tenemos es la que es". "No vamos a abrir no sé cuántos restaurantes más para dos semanas al año", añade.

Además, el propietario de La Malquerida resalta que el horario elegido por la inmensa mayoría de los comensales es el mismo. "Todo el mundo quiere comer a las 14.30 y cenar a las 22.30-23.00 horas". Y evidentemente, no hay sitio para todos. Si la demanda fuese más escalonada y no tan concentrada, no habría tantas esperas. "Pero así es imposible que no haya colas", dice Santamaría, en cierto modo resignado.

En España los horarios de las comidas son más tardíos que en el resto de Europa, pero "aquí, en Vilagarcía, aún vamos más por detrás; la primera copa la tomamos a la una de la mañana", ejemplifica el directivo de Ahituvi.

Algunos de los días más fuertes para el sector, dejando a un lado la Festa da Auga y el grueso de las fiestas de San Roque, fue el del Combate Naval, "uno de los mejores de los últimos años" -dice Ricardo Santamaría-, así como la Noite Meiga, que "fue buenísima".

"Nosotros hemos apostado desde el principio por la desestacionalización de los eventos y hay que seguir haciéndolo", aboga el hostelero, que hace un balance positivo de este verano que ya tiene los días contados.

A lo largo de todo agosto Vilagarcía estuvo abarrotada, pero ello no solo se notó en la hostelería, sino también en el tráfico, pues los atascos en los principales accesos al casco urbano, sobre todo en Rosalía de Castro, fueron una constante. La peatonalización de la Praza de Galicia ha dividido el centro en dos partes -en lo que a circulación se refiere-, lo que obliga a los conductores que circulan por Juan Carlos I y quieren dirigirse a la zona portuaria a desplazarse hasta la saturada rotonda de O Ramal.

El Concello colocará un semáforo de prioridad peatonal en el paso de cebra ubicado entre el parque Miguel Hernández y la playa para intentar descongestionar el tráfico en la zona. Además, trabaja en una reordenación de la circulación en varias calles del centro, si bien a estas alturas del año ya se puede circular con cierta normalidad.