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El puente isleño goza de buena salud

El cordón umbilical que une A Illa al continente sufrió una importante remodelación hace menos de una década -Está pendiente de que se reparen las juntas de dilatación

Puente de A Illa de Arousa. // Noé Parga

El colapso del puente de Morandi en Génova, Italia, ha colocado en el punto de mira a infraestructuras similares que puedan sufrir un incidente similar. En la comarca de O Salnés solo existe una de estas características, el puente de 1.995 metros que une el municipio de A Illa con el continente. Las posibilidades de que pueda ocurrir un colapso similar, explicaba ayer el alcalde de A Illa, Carlos Iglesias, son "muy remotas", primero porque no se trata del mismo tipo de puente, ya que el de A Illa está construido en un tablero continuo apoyado ven 33 pilares de hormigón, con juntas de dilatación a cada uno de sus lados, y segundo, porque "ha sido sometido, hace menos de una década, a una importante remodelación que corrigió todos los problemas estructurales que presentaba".

La fuerza de las corrientes o la salitre del mar no son elementos que jueguen a favor de la longevidad de la estructura, algo que "ya se tuvo en cuenta en la actuación que se finalizó en 2010", explica Iglesias. De hecho, la actuación "fue integral, con una inversión de catorce millones de euros que sirvió para mejorar y ampliar la calzada solventar el desgaste que habían sufrido los pilares, y sobre todo, sustituir los elementos sobre los que se apoya el tablero; estos últimos fueron renovados por completo al encontrarse en una situación de desgaste". Aunque resultó extremadamente vistosa por la utilización de técnicas novedosas, como un enorme andamio que sirvió para ampliar el tablero, lo cierto es que "la mayor parte de la obra no se vio, porque se centró en garantizar la seguridad de los pivotes sobre los que se asienta toda la estructura".

Además, el regidor reconoce que los técnicos de carreteras de la Xunta, de la que depende el mantenimiento de la Xunta "realizan inspecciones periódicas para comprobar su estado, y suelen acometer tareas de mantenimiento con relativa frecuencia". Es cierto que, en estos momentos, existen dos cuestiones que deben ser mejoradas cuando antes.

La primera de ellas son las dos juntas de dilatación que se encuentran a cada uno de los lados del puente. El continuo trasiego de vehículos (más de 10.000 en un fin de semana de verano) ha hecho mella en ellas y ser encuentran "totalmente deterioradas, llegando a provocar más de un incidente en los últimos meses, como pinchazos o choques leves de vehículos". En principio, la Xunta acometerá su sustitución a lo largo del próximo mes de septiembre.

La segunda de las deficiencias es la retirada de material vegetal que aparece entre la calzada y el carril bici. "Llevan mucho tiempo sin limpiarlo, lo que afea la imagen del puente y da sensación de que no está lo suficientemente cuidado". A esas dos cuestiones también se suma la necesidad de cambiar algún tramo de barandilla, convertida en prueba fehaciente de alguno de los accidentes que se han registrado en el puente en los últimos ocho años.

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