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El regato Taboiras recibe las aguas sin depurar de Padrenda

El foco de contaminación aflora sobre todo en invierno - A veces desborda inundando una buena parte de una parcela cercana

Rubén Casal muestra los residuos acumulados. // Iñaki Abella

Las aguas residuales de Padrenda (Meaño) se procesan por en una depuradora sita O Cunchao, ubicada en una zona agraria baja de la parroquia. El líquido resultante se vierte apenas 50 metros más abajo al regato de Taboiras, que unos kilómetros después desemboca en el Umia.

En determinadas épocas del año desborda inundando una buena parte de una parcela cercana, dejando el terreno repleto en la mitad baja de residuos sólidos, como denuncia el arrendatario que trabaja la finca. El regato de Taboiras es el otro gran damnificado. De hecho en los márgenes se aprecian incluso en verano restos limosos procedentes de la depuradora.

El exedil del PP Rubén Casal se hace eco del malestar como vecino de Padrenda: "En invierno -explica- la depuradora se satura, los pozos rebosan y el viñedo cercano queda literalmente inundado por las aguas residuales, dejando tras de sí todo el abanico de basura que algunos vierten por el inodoro".

"Esas aguas sin depurar -agrega- caen luego al regato de Taboiras, lo mismo que a través de la tubería que vierte el agua del referido cauce, y en ciertas épocas del año sale toda sucia, contaminándolo".

La depuradora de Padrenda es una pequeña instalación construida por el Concello sobre una parcela agraria de 500 metros cuadrados, comprada para tal fin a inicios de este siglo por el consistorio que entonces presidía Jorge Domínguez. Fue la solución concebida para procesar las aguas residuales de Padrenda, que no podían ser enviadas por gravedad a la EDAR de Os Pasales, en Dena. A esta estación de O Cunchao llegan desde entonces la mayoría de las aguas residuales de la parroquia, de las que solo una pequeña parte son desviadas por gravedad a la EDAR de Tragove en Cambados.

Se trata de una depuradora aeróbica con tres pozos que cuenta con una instalación eléctrica mediante la que se inyecta aire en un momento del proceso y que va trasladando las aguas de un pozo a otro para ser tratadas de forma debida. La ventaja de una instalación así son los bajos costes de inversión requeridos y la escasa producción de olores, si bien los costes posteriores de explotación sí son elevados.

El foco de contaminación aflora sobre todo en invierno. La razón, como en la EDAR de Os Pasales, la conexión de las aguas pluviales a la red de residuales -el mal endémico de la red en Meaño-, lo cual aumenta el caudal de la tubería, no pudiendo la instalación procesar tal volumen de aguas. Además, la tubería que traslada al final las aguas al regato es una sección menor, y todo ello provoca la saturación de la estación, que acaba inundando las tierras anexas.

Rubén Casal entiende que "es urgente hallar una solución adecuada; no es de recibo que a un particular le prohiban dar un plaguicida en su viñedos si está cerca del regato, mientras que desde la administración no se pone coto a acabar con vertidos como éste, que llevan años produciéndose".

También se sospecha que la actuación de algunos desaprensivos contribuye a la saturación de la estación. Y es que desde los servicios municipales se han detectado indicios de vertidos de tanques cisterna cargados de aguas residuales procedentes de fosas sépticas. Las huellas de ruedas de tractores con peso que llegan hasta los propios pozos refuerzan la teoría, lo que explicaría que en época de ausencia de lluvias se haya producido la saturación de los depósitos.

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