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El declive de una sociedad centenaria

Cuando se fusionaron en el año 2000, el Liceo aportó casi 1.500 socios y el Casino solo 252 -Nunca llegó a prosperar el soñado proyecto de las instalaciones lúdico-deportivas

Una asamblea del Liceo Casino de Vilagarcía cuando aún tenía una gran masa social. // Iñaki Abella

El Liceo Marítimo y el Casino de Vilagarcía fueron dos importantes sociedades vilagarcianas del siglo XX, que acabaron fusionándose a principios del XXI con el fin de salvarse y conseguir una entidad más robusta. Casi veinte años después, la nueva sociedad está al borde del abismo y de los 2.000 socios que ha llegado a contabilizar, ahora (hasta el día de la asamblea del lunes) solo quedan 175, muchas deudas y un local (que milagrosamente no han podido embargarles) cuyo mantenimiento supera los ingresos que percibe.

El Casino fue creado en las primeras décadas del siglo XX, pero no fue hasta después de la Guerra Civil cuando recuperó su nombre y comenzó a crecer como sociedad. Grandes galas se celebraban en su sede y hasta acogió en 1967 la tercera edición del Concurso Exposición de la Camelia, según cuentan los historiadores. Dos años después, el edificio que ocupaba la sociedad fue derribado y en su lugar se construyó un importante bloque de viviendas, reservándose la primera planta para la sede de la entidad.

Continuaron los tiempos de esplendor y en su seno nació el Certamen Audiovisual, cuyo acto de clausura se celebraba en el gran "Cine Arosa", a escasos metros de la sede social. Era la década de los 80 aún había dinero suficiente para la organización de eventos. Pero la masa social se fue avejentando y comenzaron las bajas, hasta el punto de llegar a finales del siglo XX con 252 socios. Fue entonces cuando los directivos que quedaban decidieron negociar con los de la otra sociedad, el Liceo Marítimo, que tenía una sede frente al Concello de Vilagarcía con pabellón de deportes, salas de actividades y hasta un auditorio con escenario para la realización de espectáculos y conciertos.

Esta otra sociedad, nacida a principios del siglo XX, fue creciendo poco a poco dándole importancia a las actividades sociales y culturales, pero también a las deportivas. En su sede nació el Coro Liceo, hubo una importante sección de atletismo y también actividades de baloncesto y deportes náuticos. Incluso llegó a estar representada con una comparsa en el carnaval de la ciudad. También había bailes populares para adultos y para jóvenes.

El Liceo Marítimo llegó a las puertas del siglo XXI con casi 1.500 socios, una sede social sin deudas y un proyecto para la adquisición de un terreno en las afueras de la ciudad para llevar a cabo el sueño de contar con un área lúdica y deportiva de mayor envergadura. Con la propuesta de fusión del Casino se ganaban más socios y se creía factible la operación.

A principios de 2000 se fusionaron y se decidió la venta de la sede del Liceo Marítimo a una promotora. La operación fue denunciada por propietarios colindantes por apropiación de parte de sus terrenos. El caso aún está pendiente de juicio. Parte del dinero de la venta se utilizó para comprar unos terrenos en A Boulla que poco después se llevó la variante de la alta velocidad ferroviaria. Con el dinero de la indemnización la sociedad se metió en un macroproyecto en una concesión portuaria que fracasó y que costó aún más dinero. Comenzaron entonces a producirse bajas de socios hasta que fue imposible mantener el alto coste de la única sede que les ha quedado en la rúa de Castelao.

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