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Los trompos bailan en Fefiñáns

El Asorey celebra el Día de la Educación Física en la Calle en la plaza cambadesa

Un momento de la exhibición colectiva de zumba. // Noé Parga

Los alumnos de segundo de Bachillerato de Murcia tiene cuatro horas semanales de Educación Física. Pero los gallegos del mismo curso, ninguna. La sociedad ensalza constantemente la importancia del ejercicio físico para tener una vida sana, pero para los jóvenes llega una edad en la que la Educación Física desaparece de sus vidas. Para Pablo Cuervo, profesor de esta materia en el instituto Francisco Asorey, de Cambados, es un contrasentido, y demuestra que "aún falta mucha concienciación sobre la importancia que la Educación Física tiene en nuestras vidas".

Un profesor de Pola de Laviana (Asturias) tuvo en 2011 la idea de celebrar una clase de Educación Física en la Plaza del Ayuntamiento. Le acompañaban 125 alumnos. Aquello fue la semilla del Día de la Educación Física en la Calle, que ocho años después se ha convertido en un fenómeno casi viral. Se estima que durante la jornada de ayer participaron en la misma 60.000 chavales de toda España, pertenecientes a colegios e institutos de 13 comunidades autónomas. Uno de ellos fue el Asorey, que escogió lo que para Pablo Cuervo, "es el mejor escenario que tiene Cambados", la plaza de Fefiñáns.

Más de 110 alumnos de primer y cuarto curso de ESO, acompañados por media docena de profesores y un grupo de padres, se dieron cita a mediodía en Fefiñáns para llevar a cabo una serie de actividades vinculadas al ejercicio.

Pablo Cuervo insiste en la importancia en que para él tienen tanto "el ocio activo" como "concienciar a la sociedad de los beneficios del ejercicio físico y de combatir el sedentarismo", pero opina que en el ámbito educativo se trata todavía de una materia muy poco prestigiada. "En Galicia tenemos dos ciclos formativos sobre actividades físicas, uno superior y otro medio, una mención en Educación Física para Primaria, y el grado del antiguo INEF. Y sin embargo, la materia no está presente ni en el currículo de Bachillerato ni en el Selectivo".

Por ello, la actividad de ayer en Fefiñáns era por una parte una gran fiesta, pero por otra también un grito, una llamada de atención para que las autoridades educativas valoren más una asignatura que, según Pablo Cuervo, ayuda de forma indirecta a que los estudiantes rindan más el resto de la mañana en las demás clases. Además, es algo que "de forma general, les gusta". "Hemos organizado un torneo interno de bádminton, y se anotaron 150 alumnos".

Trompos y rayuela

Las actividades desarrolladas por los estudiantes fueron variadas, ya que combinaron desde juegos tradicionales, como los trompos -que bailaron en la explanada de tierra que hay en el lateral oeste de la plaza, bajo la arboleda-, la rayuela, que los adolescentes pintaron con tizas de colores o el brilé, con una exhibición de zumba y con un juego de palas.

Inicialmente, el instituto quería que se disputasen unos partidos de bádminton, pero al final no pudo ser porque aunque la plaza de Fefiñáns es una zona relativamente resguardada del viento, no lo era tanto como para la pluma que se utiliza en ese deporte. Otra de las particularidades de la jornada de ayer fue que los alumnos de mayor edad, los de cuarto, actuaron como monitores y guías, mientras sus compañeros de menor edad se divertían de otra manera.

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