Los bateeiros gallegos, que aspiran a reeditar este año los formidables resultados alcanzados en 2017, necesitan más tiempo para recolectar en las rocas del litoral la semilla que precisan para preparar la siguiente campaña.

La temporada de extracción de esa mejilla comenzaba el 1 de diciembre y finaliza con el mes en curso. Sin embargo parece que desde diferentes agrupaciones de productores se ha solicitado ya una prórroga a la Consellería do Mar, y a tenor de lo sucedido en ocasiones anteriores, cuando sí se permitieron estos aplazamientos, todo parece indicara que este año también le será concedida.

De este modo el sector acuicultor tendrá hasta finales de mayo para intentar conseguir la cría de mejillón suficiente para proceder al encordado, es decir, para sujetarla en la cuerdas de cultivo de las bateas -con ayuda de una fina red biodegradable- y dejarla suspendida en el agua a la espera de que crezca.

Dentro de unos meses se efectuará el desdoble, que consiste en repartir el peso de una cuerda en dos o tres, para que así la semilla tenga espacio para sujetarse y seguir desarrollándose hasta alcanzar el tamaño del mejillón comercial.

Pero este proceso ya es conocido, de ahí que ahora lo procedente sea quedarse con esa petición de prórroga planteada al departamento que dirige la conselleira Rosa Quintana.

Argumentan en el sector mejillonero que el primer trimestre del año en curso no les ha sido propicio. Es cierto que se registraron importantes "secas" -episodios de bajamar acusados-, y lógicamente esto les facilita mucho el trabajo, ya que la mejilla crece en las mismas y batidas rocas del litoral atlántico en las que se reproduce el percebe.

Pero también lo es que a pesar de todo parece que el mal tiempo reinante durante buena parte de este arranque de año les impidió trabajar al ritmo que desearían, por lo que son muchos los bateeiros que no han alcanzado el cupo permitido de mejilla para asegurar la siguiente campaña.

Son, cabe recordar, 3.500 kilos de cría de mejillón los permitidos por cada parque de cultivo flotante, lo cual significa que en toda Galicia son precisos alrededor de once millones de kilos de esta cría de molusco que se extrae con raspeta prácticamente entre A Guardia y Fisterra cuando apenas alcanza el tamaño de una uña.