Miguel Vilas, el grovense que saltó a la palestra tras convertirse en concursante del reality televisivo Gran Hermano 17, en Telecinco, atraviesa de nuevo momentos difíciles. Esta vez se debe a las amenazas e insultos que dice recibir desde hace ya un año, los cuales habrían llegado a su punto culminante el lunes pasado, cuando entre las seis de la mañana y las seis de la tarde alguien realizó pintadas en la puerta de entrada a su domicilio, en Madrid.
Al día siguiente denunció los hechos ante la Policía Nacional, anunciando además en las redes sociales que procedía a abandonarlas.
Vilas, que pide protección a las autoridades policiales, indica en su denuncia, y lo avala con fotografías, que en la puerta de su domicilio madrileño alguien escribió insultos y expresiones como "maricón sidoso", "rompe parejas", "vende penas" y "pelucas muere".
A raíz de este incidente, que se habría producido mientras el grovense permanecía en el interior de su domicilio, Vilas confesó que "desde hace más de un año" está "ocultando la realidad", y aunque asegura que quiere "ser fuerte" confiesa que ya "no puede más".
Esto se debe a que "desde hace tres meses los insultos y amenazas aumentaron e hizo que cayese en una depresión contra la que estoy luchando".
Acto seguido explica que tiene "pánico" a mostrar su vida y que llegó a su límite; que se siente "indefenso" y que teme que las amenazas e insultos vayan en aumento.
En Telecinco, el canal en el que Miguel Vilas se lanzó al "estrellato" con Gran Hermano, se hacen eco de lo sucedido mostrando una foto del grovense al lado de la puerta en la que se realizaron las pintadas.
Y también reproducen lo explicado por Vilas en las redes sociales, antes de abandonarlas, detallando que el exconcursante "afirma que cerrará sus perfiles en redes tras haber sufrido acoso durante más de un año" y "unas pintadas en la puerta de su casa con insultos que le provocaron una depresión de la que está intentando salir".
