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Los puñetazos de Yolanda Dorda inundan Torrado

La pintora expone en Cambados hasta mediados de julio

Yolanda Dorda, con una de sus composiciones digitales. // Iñaki Abella

Imposible quedar impasible o bostezar ante un cuadro de Yolanda Dorda. Sus pinturas transmiten tanta fuerza y energía, sus mensajes son tan inquietantes que parecen puñetazos directos al mentón del espectador. La artista coruñesa expone estos días, y hasta mediados de julio, en el pazo de Torrado (Cambados). Dorda es una creadora que ha sido definida como expresionista, y que además de la pintura cultiva la fotografía. "La pintura es lo que más me gusta, pero sería una tontería no aprovechar las técnicas nuevas de creación. El arte digital ha supuesto para mí un enriquecimiento, un paso más".

Los cuadros de Yolanda Dorda tocan la fibra emocional. Puede ser el primerísimo primer plano de un hombre con el torso desnudo que grita mientras habla por teléfono; la imagen de un par de niños sentados con los ojos tapados por un brochazo de pintura blanca; o la imagen repetida de una mujer con los ojos amoratados y con la expresión del rostro deformada con técnicas de retoque digital.

Algunas de las creaciones de Dorda podrían interpretarse en clave de denuncia social, pero esa etiqueta sería muy restrictiva. Así, por ejemplo, explica que no pinta sobre el maltrato, "sino sobre las ataduras que nos imponemos nosotros mismos" o la dolorosa sensación de sentirse controlado. "No soy feminista, pero me interesa mucho lo femenino, no como denuncia, sino porque soy mujer", añade.

Buena parte de los cuadros que componen la muestra de Torrado, titulada "Segredos", están protagonizados por niños. "Tengo cierta obsesión con momentos muy determinados de la infancia. La infancia parece algo idílico, pero a veces también hay momentos dolorosos, de grito". Y de introspección o duda, como parecen sugerir las imágenes de niños o adolescentes que miran al suelo como buscando una respuesta.

Esta es la primera vez que Dorda expone en O Salnés. Ya mostró su trabajo en Vigo y Pontevedra -en esta última ciudad mostró sus obras en el Pazo da Cultura a finales del año pasado-, pero el público arousano nunca había tenido la oportunidad de verla tan de cerca.

Y, como han hecho otros muchos artistas que han expuesto en el pazo de Torrado, ha aprovechado las características del edificio para hacer algo parecido a una retrospectiva. "Torrado es una sala maravillosa para poder jugar con lo íntimo, porque cada estancia es diferente", declara. "He escogido una representación de diferentes épocas desde 2006. Están desde los cuadros sobre la niñez o la adolescencia hasta mi obra más reciente, en la que toco la fotografía digital o el collage".

Sin títulos

Los cuadros de Yolanda Dorda no tienen títulos. No quiere que condicionen al espectador, que le den una lectura masticada. "Quiero que la gente saque sus propias conclusiones por lo que le transmiten los cuadros o por su imaginación. La pintura no necesita más".

La obra de Dorda es una aproximación crítica a algunas obsesiones de la actualidad, como la comunicación a través de los teléfonos y las redes sociales. "Estamos demasiado pegados al teléfono y a las redes sociales. Estamos siempre localizables y a disposición de todo el mundo... El teléfono puede ser un poco estresante, y más hoy en día". Por ello, no es de extrañar que confiese que "me gusta mucho la soledad para trabajar. La soledad es para mí muy importante".

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