La falta de lluvias tiene muy preocupados a los dueños del monte vecinal. Eso y el hecho de que la administración no haya adelantado con respecto a otros años la puesta en marcha de las medidas de prevención, como son las subvenciones para que las comunidades ejecuten limpiezas y desbroces, o el refuerzo de las brigadas de vigilancia y extinción.

El presidente de la comunidad de montes de Rubiáns, y presidente también de la Mancomunidade de comunidades de Vilagarcía, Xurxo Abuín, considera que "la Xunta, como siempre, va a remolque". Admite que los propietarios de las zonas forestales "estamos muy preocupados", y que "lo que tememos es que pase algo parecido a lo de 2006, porque según las previsiones meteorológicas se espera un verano más seco de lo habitual".

En lo que se refiere a las ayudas para el desbroce del monte, Xurxo Abuín señala que la mancomunidad está a la espera de la línea de ayudas que el Ayuntamiento de Vilagarcía ha metido este año en los presupuestos municipales a instancias del Bloque Nacionalista Galego, y que ha sido dotada de una partida de 70.000 euros. "Esperemos que las saquen pronto, porque cada día que pasa cuenta".

En cuanto a las brigadas, el dirigente vilagarciano considera que es mejor que empiecen antes en el tiempo -el año pasado lo hicieron a mediados de julio- aunque acaben después también antes -en 2016 funcionaron hasta noviembre- que no mantener los tiempos de años anteriores. "Lo prioritario debería ser que el monte estuviese limpio cuando empezasen los incendios", subraya.

Abuín recalca que "los desbroces no impiden los incendios, pero sí que ayudan a apagarlos, con lo que también serán mucho menos graves y se ahorrará dinero". Alude al elevado gasto que se acomete en los medios para apagar el fuego -incluidos los alquileres de aviones y helicópteros-, y está convencido de que se gastaría mucho menos si se adelantase la prevención. "Pero parece que gastar el dinero público no les duele", concluye el vilagarciano.

András y Meis

El secretario de la comunidad de montes de András, José Luis Tourís, plantea que "si el tiempo sigue como hasta ahora, el 15 de julio ya será muy tarde", en referencia a la fecha en la que empezaron a trabajar el año pasado las brigadas municipales de extinción.

"Entre que se convoca el proceso de selección de personal, se realiza la selección, se pone al día la maquinaria y los brigadistas empiezan a trabajar ya puede ser muy tarde", añade el dirigente vecinal de Vilanova.

La presidenta de San Salvador de Meis, Peregrina Martínez, comparte esta apreciación. "Ya debería haber gente trabajando en el monte en prevención", señala gráficamente. Apunta que su comunidad ha solicitado una ayuda para trabajos de silvicultura, pero que la Consellería do Medio Rural todavía no les ha contestado.

"Lo normal es que este tipo de ayudas estuviesen concedidas en febrero o marzo, para que a esta altura de la primavera ya estuviesen hechos buena parte de los trabajos de limpieza", prosigue.

La prolongada sequía del invierno y de lo que va de primavera, y de las altas temperaturas de las últimas semanas juegan en contra del monte. Y la prueba de ello es que Galicia está inmersa en un anticipo de la campaña de fuegos. Ayer mismo se extinguieron o declararon incendios importantes en los municipios lucenses de Quiroga, O Irixo y Cervantes, así como en el coruñés de Narón.

En este último ayuntamiento ardieron más de 440 hectáreas de monte, y los trabajos de extinción se prolongaron durante casi 40 horas. Participaron en ellos media docena de helicópteros, 21 brigadas terrestres y el Ejército. En el caso del incendio de Cervantes, empezó ayer a las dos de la madrugada con cuatro focos simultáneos.

Pero ni siquiera hay que salir de O Salnés para encontrar los primeros incendios. Sobre las 19.00 horas de ayer se declaró un fuego en las laderas del monte Lobeira, entre O Sixto (Vilagarcía) y Tremoedo (Vilanova). Los equipos de emergencias lo controlaron en una hora, tras haber afectado a unos 1.700 metros cuadrados de arbolado. Intervinieron el Servicio Municipal de Emerxencias de Vilagarcía y Protección Civil de Vilanova, entre otros medios. La Xunta de Galicia desplazó a un agente forestal y un helicóptero, pero éste ya no llegó a actuar, puesto que cuando llegó a Lobeira el incendio ya estaba controlado.

Comunidad de Cea

La comunidad de montes de Cea, en Vilagarcía, fue una de las más afectadas por la ola de incendios de 2016. Ayer al mediodía celebró una asamblea en la casa da cultura, en la que, entre otros asuntos, se sometió a votación y se aprobó el plan de prevención de incendios forestales, que incluye una inversión de 35.000 euros.