Que la filloa es un elemento característico del carnaval está fuera de toda duda. En Cambados la identificación con esta elaboración de sobremesa se ha traducido desde hace varios años en la celebración de un concurso en el que se premia a aquellas personas capaces de mostrar una mayor habilidad en el arte de cocinarlas.

El salón Peña concentró en la tarde ayer a un total de diez parejas participantes. Como no podía ser menos acudieron a la cita ataviados de carnaval para, sartén en mano, demostrar toda su pericia en el arte de convertir la mezcla de leche, huevo y harina en un manjar tentador para los muchos curiosos que se acercaron al evento.

En la categoría de pareja más rápida el sistema de competición consistía en hacer el mayor número de filloas en un tiempo máximo de media hora. En este disciplina Cruz Cores Durán y María Jesús Durán Durán, madre e hija y vecinas de Castrelo, consiguieron alcanzar un total de 74 filloas. Una extraordinaria marca en la que mostraron una pericia espectacular a la hora de evitar que se le pegasen a la sartén. Sin embargo no pudieron mejorar su registro récord como las 77 filloas que elaboraron en 2015 para ganar en esta especialidad. De esta manera repitieron el triunfo logrado en los últimos cuatro años.

También hubo premio para la pareja que fue capaz de elaborar la filloa más sabrosa. En este terreno fue donde Sergio Bouzas Leiro, único hombre participante, y Rosa Martínez Portas se llevaron la palma.

En esta ocasión utilizaron la mantequilla y la ralladura de naranja como toque diferenciador. A ello supieron darle el toque de calor óptimo para que la explosión de sabor en boca recibiese el elogio del jurado de esta edición.

Tal es el éxito que está alcanzando en los últimos años el concurso de filloas de Cambados que hubo que limitar a un máximo de diez parejas participantes por cuestiones operativas.

Y mientras en una zona del salón los mayores degustaban uno de sus postres favoritos, los más pequeños hacían de la parte central un auténtico parque de atracciones con una fiesta en la que no faltaron los disfraces de todo gusto y condición. Los superhéroes y los personajes de las películas de Disney fueron los más repetidos. Una fiesta infantil en la que alguno no puso reparos a endulzar la tarde con las filloas elaboradas.