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Antonio Castro Montenegro: "Con una alternativa sólida y un plan bien estructurado se puede salir adelante"

El presidente del Liceo Casino propone el crear instalaciones deportivas como solución

Antonio Castro no tira la toalla respecto a sus intenciones. // N. Parga

Tras cuatro años en la presidencia del Liceo Casino, y muchos más como directivo, Antonio Castro se enfrente el lunes a una de las asambleas más ásperas que se recuerdan en la entidad. Un grupo de socios, críticos con su gestión, presentarán una moción de censura.

-Le ha tocado vivir a usted en la presidencia la decadencia más cruda del Liceo Casino.

-La decadencia de la sociedad se inició en el momento que se vendió la sede de Ravella. A partir de ahí, y al no poder llevar a cabo ninguno de los proyectos que se pensaron, llevó a una situación irreversible de la sociedad y a su decadencia. Fueron y son años duros.

-La pregunta es tan cruda como necesaria. ¿Está acabado el Liceo Casino?

-Yo creo que no está acabado. Hay que buscar vías alternativas a lo que es en la actualidad el tipo de sociedad que tenemos. Ahora mismo, tal y como está, no tiene futuro, pero con alguna alternativa sólida y un plan bien estructurado se puede salir adelante.

-Da la sensación que usted se metía en un buen problema cuando decidió dar el paso y tomar las riendas de la sociedad.

-Sí, pero lo sabíamos todos los que nos metimos en esto. Veníamos de una situación muy difícil tras pagarle al Puerto una cantidad de dinero salvaje por la concesión portuaria que existía. Eso nos llevó a descapitalizarnos y a vernos en una situación realmente difícil.

-Pero sabiéndolo entonces, ¿cómo se atrevió a dar ese paso?

-Por una cuestión sentimental. Por cariño a la sociedad. Llevaba muchos años dentro y actúe como todo el mundo que asume la dirección de estas sociedades.

-Tiene una moción de censura encima de la mesa. Los usuarios habituales de la sede se le han amotinado disconformes con su gestión. ¿Qué tiene que decirles?

-Los usuarios de la sede no son más que una parte de la sociedad. El Liceo Casino siempre ha sido una sociedad deportiva y cultural y hay una serie de socios que no están de acuerdo con lo que se está haciendo y están en su perfecto derecho de expresar su opinión. Siempre me presté a esto. El hecho evidente es que mandé repetir las últimas elecciones. Se le dio la opción a ese grupo de presentarse y no lo hicieron. Se les dieron también dos opciones de tomar el mando de la sociedad y no lo hicieron, por lo que esta moción de censura es un tanto extraña. Tanto es así que los estatutos no recogen la posibilidad de una moción de censura, pero yo lo he permitido. Yo no voy a ser ningún inconveniente a que haya un grupo que venga con ideas nuevas y válidas para la sociedad. Sería el primer en alegrarme. Veremos que sucede.

-¿Qué cuota de responsabilidad asume en la actual situación de la entidad y en la caída experimentada en los últimos años?

-El presidente siempre es el principal responsable de lo que pasa. No nos podemos engañar, pero la sociedad viene con una inercia en la pérdida de socios continuada desde hace años. Además es una situación generalizada en todas las sociedades de este estilo. El Mercantil de Vigo y el Náutico de Vigo están en quiebra total y el Liceo de Marín cerró. Lo que hay que hacer es fijarse en las sociedades que funcionan bien como el Liceo de Noia, el Casino de Pontevedra o el Club de Mar de A Coruña. Se trata de ofertar cosas que interesen a la sociedad actual.

-¿Y los socios tienen también parte de culpa o solo son afectados?

-Los socios solo son afectados. Tenemos que asumir los errores que ha cometido esta directiva y las anteriores para llegar a una situación tan complicada como la que nos está tocando pasar. Hemos caído de 2.200 socios a solo 320 porque no hemos sabido estimular a la gente para seguir vinculada a la sociedad.

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