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Fernando Martínez: "Esto no es una cosa de perroflautas, sino de sociedades avanzadas"

"Serviría para reducir las desigualdades salariales que existen en España"

-¿Que es la renta social básica?

-Una percepción económica básica, que tenga un importe mínimo del 60% de los ingresos salariales medios. Esta cantidad no es aleatoria, sino que es la que se considera que marca el estar o no dentro del umbral de pobreza. Esta percepción deberían tenerla todos los ciudadanos y ser de carácter incondicional, independientemente de los niveles de renta que se tenga.

-¿Que beneficios ofrecería?

-El objetivo evidente es finalizar con la pobreza y la marginación, algo que se entiende con un ingreso mensual de 650 euros. Al ser incondicional, también evita la estigmatización del perceptor, algo que ocurre con otros subsidios, caso del RISGA. Para conseguir este subsidio, primero se debe estar en situación de marginación y desesperanza, algo que no ocurriría con la renta social básica. Las experiencias que se realizaron en Canadá entre los años 70 y 80 fueron exitosas, con la desaparición de la pobreza, disminución de las adicciones, la práctica desaparición del abandono escolar y de otros problemas vinculados a la pobreza.

-Pero el coste económico para el Estado sería brutal.

-Esa es una de las posiciones de los detractores, que afirman que costaría cientos de miles de millones. Se equivocan por completo. Un estudio de la Universidad de Barcelona, en el que se toman como referencia dos millones de declaraciones de la renta reales, con las que se hicieron simulaciones, indica que la renta social básica se financiaría de dos fuentes complementarias. La primera de ella sería de los fondos que actualmente se destinan a otras prestaciones públicas por debajo del importe de 650 euros. Pensiones no contributivas, de viudedad, becas o seguros de desempleo desaparecerían, ya que no tendrían sentido ya que estarían incluidas. La segunda sería con modificaciones del IRPF, incrementando las cuotas a las rentas más altas.

-¿Se ha aplicado este modelo en algún país?

-A nivel Estado, todavía no, pero sí se han realizado múltiples experiencias en espacios limitados con resultados muy positivos. En este momento, se está poniendo en marcha en varias ciudades de Holanda, a lo que se suma un experimento similar en Finlandia. También en la provincia de Ontario, en Canadá, se va a poner en marcha la renta social básica a partir de 2017 para ver cómo funciona. La renta, dependiendo de cada una de las experiencias, estará entre los 700 y los 1.000 euros. Esto no es una cosa de cuatro idealistas perroflautas, ni una cuestión marginal o de locos, sino de sociedades avanzadas que quieren caminar hacia la igualdad.

-¿Si es tan positiva, que es lo que impide aplicarla?

-La financiación. Poner en marcha esta iniciativa significa que debe existir transferencias de las rentas más altas a las bajas, algo que las primeras no están dispuestas a aceptar. Pero a nivel de transformación social, la renta básica es la medida más profunda que se puede hacer. Existe un indicador que mide la desigualdad salarial que existe en cada país. En él, el cero sería la ausencia de desigualdad y el 1 la desigualdad absoluta. Pues bien, Europa está en el 0,31, mientras España se sitúa en el 0,34, siendo de los países con mayor desigualdad salarial del continente. Si se aplicase la renta básica en España, pasaríamos a tener un índice del 0,25, reduciendo de forma considerable la diferencia que existe con la situación que se registra en los países nórdicos, ya que Noruega posee un índice del 0,23.

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