Las calles de Cambados están llenas de historias, entre ellas se encuentran las de un vilanovés que residió en la villa del albariño entre 1912 y 1917 en diferentes etapas. Ese vilanovés era el genio literario de Ramón María del Valle-Inclán, que en su estancia en Cambados escribió alguna de sus grandes obras, como "La lámpara Maravillosa", pero también sufrió la tragedia de la muerte de su hijo, Joaquín María, con tan solo cuatro meses de edad.
Ese estrecho vínculo lo escenificaron ayer los alumnos de Valle-Innova en el marco de los actos del 150 aniversario del nacimiento del escritor. Un recorrido que les llevó desde la plaza de Fefiñáns hasta el mirador de A Pastora representando fragmentos de su obra.
El punto de arranque fue la plaza de Fefiñáns, lugar en el que se representó "El Rey y Altisidora". La emblemática plaza cambadesa era el lugar donde Valle iba a recibir a sus visitantes, que llegaban en coche hasta este espacio.
La segunda parada fue la rúa Real, en el entorno de "A Naiciña", donde el escritor vivió. En ese punto se representó "Navajas de Albacete", ya que en las inmediaciones también se encontraba una pequeña taberna en la época donde se reunía "El club de la navaja", un grupo de amigos que recibió a Valle con los brazos abiertos. "La Marquesa Rosalinda" y "El yelmo de las Almas", se representaron en A Calzada y en el jardín de las Palmeras, por donde llegó a pasear el ilustre escritor.
La iglesia parroquial de Santa Mariña, un lugar que Valle mostraba a todos aquellos que se acercaban a visitarle en Cambados sirvió de escenario para el fragmento de "Sonata de Otoño". De ahí, la comitiva se desplazó hasta las antiguas ruinas de Santa Mariña, lugar con un profundo vínculo con Valle-Inclán, ya que en el cementerio que rodea ese espacio yacen los restos de su hijo de cuatro meses y de su esposa, Josefina Blanco. Ese punto fue el elegido para escenificar el monólogo de "Tragedia de ensueño". El recorrido finalizó en el monte de A Pastora, un punto desde el que se puede contemplar gran parte de la ría de Arousa, un espacio que inmortalizó a través de sus obras el vilanovés. Allí, la despedida tuvo tintes rosalianos con la representación del poema de la escritora de Padrón "Adiós ríos, adiós fontes", un homenaje similar a los que se le tributaron a la escritora y en los que Valle era un habitual durante su estancia en Cambados.
Fátima Rey, la directora de Valle-Innova, reconoce que la estancia en Cambados del escritor vilanovés "fue muy fructífera, aunque no ha sido muy estudiada". Desde 1912 hasta 1915, la villa del albariño se convirtió en residencia habitual del escritor, hasta que el 29 de septiembre, su hijo fallecía por las secuelas de un accidente fortuito que se complicaron con una meningitis. A partir de ese momento, y hasta 1917, las estancias de Valle en Cambados fueron intermitentes debido a los malos recuerdos de aquel suceso.
