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Las verduleras sin inscribir en el Reaga ya no podrán vender en la plaza este sábado

El 70% de las afectadas regularizaron su situación y presentaron la documentación en el Concello -El trámite obliga a cada comerciante a desembolsar casi 10 euros en tasas

Una vendedora atiende a unas clientas en la plaza de la verdura de Vilagarcía. // Iñaki Abella

Las verduleras que no estén inscritas en el Registro de Explotaciones Agrarias de Galicia (Reaga) ya no podrán vender en la plaza de abastos de Vilagarcía este sábado, confirma Jesús Crespo, funcionario responsable del mercado. Se hará cumplir así el decreto de la Xunta de Galicia que, desde septiembre de 2014, regula la venta directa de productos agroalimentarios.

Anotarse en el Registro de Explotaciones Agrarias, darse de alta en la sección de explotaciones de venta directa, cumplir con las guías sanitarias del sector, apuntar en cada venta el nombre del producto, cantidad, fecha y lugar de comercialización e identificar los alimentos a granel o envasados con sus características son algunos de los trámites impuestos por esta norma a quienes quieran vender sus productos en ferias locales o tiendas. Sin embargo en la práctica totalidad de plazas de O Salnés se hizo, hasta el momento, la vista gorda.

Cincuenta vendedoras

Vilagarcía es la excepción y, a partir del sábado, las vendedoras que quieran seguir ejerciendo su actividad en el mercado municipal deberán estar inscritas en este registro. No todas, sino las que ofertan únicamente excedentes de sus propias huertas. "Las que venden productos que no son de producción propia ya son autónomas del régimen general" por lo que no se ven afectadas por esta normativa, apunta Jesús Crespo. Son una quincena de comerciantes que ejercen en la plaza de Vilagarcía las que están en esta situación. Otras cincuenta sí que están obligadas a inscribirse en el Reaga. "Venden productos de temporada de su cosecha", continúa Crespo, añadiendo que alrededor del 70% de las afectadas ya han regularizado su situación y han presentado la documentación correspondiente en el Concello. El trámite para formalizar la inscripción obliga a cada verdulera a desembolsar casi 10 euros en concepto de tasas.

El restante 30% "están inseguras" sobre si darse de alta o no. Algunas confirmaron a FARO hace un par de semanas su intención de abandonar la actividad. Se trata, en muchos casos, de señoras jubiladas que únicamente venden en la plaza en días de mercado buscando complementar sus pensiones. "No les compensa", ya que tendrán que declarar sus beneficios, pagar el IVA correspondiente y cumplir unas normas de facturación "propias de industrias o de grandes multinacionales", explicaba hace unos días el sindicalista de Unións Agrarias Manuel Ángel Dopazo. Porque las vendedoras estarán obligadas a tener "un libro de campo" en el que anotar toda la vida del producto, desde su adquisición para plantarlo hasta la venta final, incluyendo datos sobre su cuidado, qué productos fitosanitarios se le aplican y en qué días. Este libro, que permite seguir la trazabilidad del producto, se lo podrán exigir en cualquier momento.

La Xunta, a la hora de tramitar la inscripción en el Registro de Explotaciones Agrarias, impone, además, a las vendedoras el tope máximo de productos que pueden comercializar. Y estas tienen que aportar datos sobre la explotación, como la superficie o si es una huerta al aire libre o un invernadero.

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