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Un Drácula para partirse de risa

Teatro Caracol estrena su obra de este curso, que presenciarán unos 2.000 niños de toda la comarca y medio millar de adultos en las dos funciones del domingo próximo

Los niños, antes de empezar la representación. // Iñaki Abella

ANXO MARTÍNEZ | Unas manos huesudas y alargadas, parecidas a la del "Nosferatu" cinematográfico, irrumpen en el escenario del salón de actos del instituto Francisco Asorey. Viendo el espectáculo hay unos 300 niños, y algunos de los menores, de entre cuatro y cinco años, se inquietan en sus asientos. Incluso se escucha algún lloriqueo. Pero enseguida aparece sobre las tablas Goio Agra, un vecino de A Illa que interpreta a Drácula, y empieza a hacer el ganso. Suenan las primeras carcajadas...

Esto es lo que sucedió en los primeros compases de "Non teño medo", el espectáculo que ha montado este curso Teatro Caracol, una veterana compañía aficionada de Cambados (ya han cumplido 23 años) y que estrenaron ayer para alumnos de Infantil del colegio de San Tomé, de primero de ESO del Francisco Asorey (ambos de Cambados), y para unos 70 niños llegados de A Illa.

"Non teño medo" cuenta la historia de un vampiro que necesita sangre fresca para vivir eternamente, para lo cual secuestra en su casa a una bella muchacha. Pero los tres mejores amigos de la chica no se quedan de brazos cruzados y se meten en la casa de Drácula para rescatarla. Ahí ocurrirán una serie de aventuras, que se salpican con mucho humor, música, canciones, y hasta efectos especiales.

Es la primera vez que Caracol se atreve con una obra de miedo, y la directora y guionista, Olga González, admite que ella misma estaba preocupada ante la posibilidad de que la pieza fuese dura para los escolares de los cursos inferiores. "En cuanto ven al protagonista haciendo tonterías ya se dan cuenta de que no es para tanto", apunta.

Incluso cuenta que hay un momento en el que Drácula baja precipitadamente del escenario hacia el patio de butacas para llevar consigo a un par de niños, y que enseguida se vio una multitud de brazos levantados de niños que se ofrecían voluntarios para ser secuestrados por el mítico vampiro.

Teatro Caracol realizará un pase diario para estudiantes hasta el miércoles de la próxima semana (hoy es el turno de los escolares de Dena, y se calcula que en estos ocho días de funciones vean la obra en torno a 2.000 niños), pero también hay dos funciones para el público general.

Son el domingo próximo, en el mismo escenario del Asorey. Son a las 18 y las 20 horas, y todavía hay entradas a la venta. Pueden conseguirse en las tiendas Sansatur o Chinelas, al precio de tres euros cada una. Olga González describe la pieza indicando que "es divertida, ágil, y está llena de sustos y de risas".

Uno de los cambios más significativos con respecto a años anteriores es que no se trata de un elenco coral y amplio, sino que el reparto se limita a siete personas. El papel principal lo desempeña Goio Agra, un vecino de A Illa que colabora con Caracol desde hace más de cinco años, y que encarna al malvado y divertido Drácula.

Lía González, Constantino González y Carmelo Abollo representan a María, Pablo y Álex, respectivamente, los tres amigos de Carmiña, a la que da vida Esi Yépez. Y como la acción discurre en el castillo del conde inmortalizado por el escritor británico Bram Stoker no podían faltar un par de murciélagos, que hacen volar a su manera Romi Trigo y Ángeles Lage.

No obstante, en el espectáculo colabora un número mucho mayor de personas, ya que Caracol realiza todo con sus propios medios, de forma artesanal. "Hay gente que al terminar la obra sale corriendo para trabajar. Y otros que vienen sin tiempo a comer", señala González.

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