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La ría puerto a puerto (V) · Vilaxoán

El mejillón potencia la dársena desde la que se lucha contra el furtivismo y las biotoxinas

-El muelle vilaxoanés acoge las bases del Intecmar y Gardacostas -Tiene 60 embarcaciones, 36 de ellas auxiliares de acuicultura

Una descarga en Vilaxoán. Detrás, una lancha de Gardacostas y el edificio en el que está su base y la sede del Intecmar. // Noé Parga

El marisqueo es el recurso principal en la lonja de Vilaxoán, pero el sector bateeiro es la referencia en este puerto en el que se asientan una de las bases de Gardacostas de Galicia y un centro de referencia a nivel mundial, como es el Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar), encargado de vigilar tanto la presencia de biotoxinas marinas como cualquier otro elemento que pueda alterar las rías gallegas o a los productos que en ellas se producen.

Al hacer el chequeo a la actualidad pesquera, marisquera y acuícola de los puertos arousanos, como se hizo ya en los últimos días con A Illa, Carril, Cambados y Vilanova, hay que detenerse inevitablemente, al llegar a la dársena vilaxoanesa, tanto en el papel desempeñado por Gardacostas y el Intecmar como en las descargas de mejillón, que han ido progresivamente a más en los últimos años, sin duda fuertemente reforzadas desde hace más de un lustro por la labor de entidades como la asociación de productores Virxe do Rosario.

Esto es, a grandes rasgos, lo que puede ofrecer el puerto vilagarciano de Vilaxoán:

| Gardacostas. La de Vilaxoán es una de las bases de Gardacostas más activas e importantes de Galicia.

Los efectivos desplazados en esta unidad, que actúa por tierra, mar y aire contra el furtivismo, fueron pieza clave para lograr los buenos resultados de 2015, cuando en toda Galicia se realizaron 17.000 incautaciones y se decomisaron 153 toneladas de producto, correspondiendo a la ría arousana alrededor de 4.500 de esas incautaciones y el decomiso de más de 46 toneladas de diferentes especies.

| Intecmar. En este centro, dirigido por Covadonga Salgado, se hace un estrecho seguimiento que permite decretar la apertura y cierre de polígonos bateeiros y bancos marisqueros en función de la mayor o menor presencia de biotoxinas marinas.

Oficialmente se le define como el "instrumento oficial de la administración autonómica de Galicia para el control de la calidad del medio marino y la aplicación de las disposiciones legales en materia de control técnico-sanitario de los productos del mar".

Esto permitió que las instalaciones del puerto vilaxoanés se adaptaran como pocas al nuevo método químico de análisis de biotoxinas impuesto por la UE.

Dispone, entre otras, de las unidades de Fitoplancton, Biotoxinas, Organoclorados, Metales Pesados, Hidrocarburos, Microbiología y Patología.

| La flota. El Registro de Buques de Galicia tiene censados en el muelle de Vilaxoán 60 barcos, y más de la mitad (36) se consideran auxiliares de acuicultura, lo que puede dar una clara idea del importante papel que desempeña en esta villa la industria del mejillón.

Junto a estas embarcaciones aparecen una veintena de naves autorizadas para la práctica del marisqueo, quince con permiso para nasa de nécora y camarón, diez que pueden largar los trasmallos y dos que puedan despachar para el arte tradicional del xeito, con la que se pescan las afamadas sardinas de Vilaxoán y Rianxo.

Puede decirse, además, que hay una decena de embarcaciones con menos de 5 metros de eslora y 37 que tienen entre 5 y 15 metros de largo.

| Marisqueo a pie. La Consellería do Mar autorizó a la cofradía de pescadores de Vilaxoán para desplegar este año un plan de explotación de moluscos mediante marisqueo a pie en las autorizaciones situadas entre Punta Ferrazo y Regato Aduana.

Las subzonas de explotación son los bancos de Borreiros, Corón, Rial, Saíñas, Preguntoiro, Canelas y Castelete.

Son 61 las mariscadoras con permiso -estableciéndose la posibilidad de alcanzar un máximo de 71- y disponen de 175 días de actividad a repartir durante todo el año.

Pueden extraer un kilo de almeja fina al día por cada mariscadora, otro de babosa, 12 de japónica, uno de bicuda, 5 de berberecho y cuatro kilos tanto de navaja como de longueirón viejo y de caramujo. No obstante, durante un máximo de 60 jornadas pueden incrementar los topes de la fina, la babosa, la japónica y el berberecho hasta 2, 2, 15 y 7 kilos, respectivamente.

| Marisqueo a flote. Las veinte embarcaciones vilaxoanesas autorizadas para marisqueo pueden desarrollar su actividad, con 40 tripulantes a bordo, durante 160 jornadas, en régimen de libre marisqueo.

La zona de trabajo se sitúa en el sublitoral comprendido entre la línea imaginaria que une el Regato Aduana con el islote Gorma y Punta Borreiros, como también desde Punta Borreiros al puerto de Vilaxoán y desde Punta Castelete a Punta Ferrazo.

Los rañeiros tienen topes de 3 kilos de almeja fina, 8 de babosa, entre 4 y 6 de japónica, uno de bicuda y 5 kilos de berberecho. La babosa puede elevarse hasta los 10 kilos diarios por tripulante enrolado a bordo durante 40 jornadas al año.

| Facturación. En lo que va de año la rula vilaxoanesa despachó más de 11 toneladas de producto por las que ingresó 107.000 euros.

Destacan las 9 toneladas vendidas de almeja japónica (88.000 euros) y 1,6 toneladas de berberecho (16.000 euros).

| Evolución histórica. En Vilaxoán la tendencia del volumen descargado en la rula ha ido a menos desde hace un par de décadas. En 1997 se subastaban casi 189 toneladas de producto, para llegar a 201 en 1998. Ese fue el techo, ya que desde entonces se bajó a 136 toneladas en 2002, 90 en 2004 y 82 en 2005. Se produjo un repunte, con 148 toneladas en 2007 y 157 en 2008, pero de nuevo comenzó la caída, para llegar a las 78 toneladas de 2012 y de 2015.

Respecto a lo ocurrido el año pasado puede decirse que esas 78 toneladas generaron unos ingresos de 723.000 euros. Los mejores resultados correspondieron a la almeja japónica, con 504.000 euros (60 toneladas) y fina, 54.000 euros (2,3 toneladas).

Pueden citarse también los 32.000 euros obtenidos con el camarón (casi dos toneladas), 47.000 con el berberecho (cerca de cinco toneladas), 37.000 euros con la babosa (tres toneladas) y 18.000 euros de la nécora (una tonelada). La sardina arrojó unos resultados de 25.000 euros tras la comercialización de más de cuatro toneladas.

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