La asamblea en la que Ruperto Costa se subió a la mesa presidencial en un par de ocasiones para reclamar silencio se desarrolló "a puerta cerrada", en palabras del abogado Alberto Muñoz "porque aunque las cofradías sean corporaciones de derecho público, en la asamblea se estaba hablando de asuntos sensibles para la intimidad de tres personas". "Además -añade el letrado- es un asunto interno de la cofradía, del mismo modo que en un Ayuntamiento hay reuniones públicas, como son los plenos, y otras que han de desarrollarse a puerta cerrada".

No es la primera vez que se celebra en la cofradía una reunión de alto voltaje. Hace unos años tuvo lugar otra, sobre el proyecto de la compuerta del Saco de Fefiñáns. En aquella ocasión el entonces patrón mayor, Benito González, también propuso que la reunión fuese a puerta cerrada y sin prensa, lo cual le valió una dura reprimenda de sus críticos.