"Aunque el tinto Barrantes es un vino del país, no todos los vinos del país que se venden por ahí son Barrantes". El presidente de la Orden de Valedores dos Viños Tintos do Salnés, Rafael Vázquez, alerta de que en la actualidad se están despachando muchos caldos que se hacen pasar por Barrantes, pero que no lo son porque en su elaboración se mezclan otras variedades de uva que cambian mucho el resultado final. "No hay tintos Barrantes a un euro la botella", espeta.

La 41 edición de la Festa do Viño Tinto do Salnés se presentó ayer en la bodega de Luis Amable Castro, situada en Leiro. Vázquez no pudo acudir al acto, pero explicó en unas declaraciones efectuadas esta semana a FARO que los cosecheros se enfrentan a la competencia desleal de quienes quieren dar gato por liebre. "Hay mucha diferencia entre un tinto Barrantes y otro que no lo es. El color de nuestros vinos es más intenso y más brillante; tienen menos acidez y saben más a uva".

El Barrantes es un caldo híbrido, que se hace con una variedad conocida como "folla redonda". Pero según Vázquez hay quien mezcla el "folla redonda" con otras variedades para obtener más cantidad, y la venta de este vino como Barrantes es un fraude al consumidor. Una situación que podría remediarse de lograr algún tipo de amparo legal para estos caldos típicos de O Salnés, con lo que podrían comercializarse con el sello de "Vino de Mesa" o de "Viño da Terra". "Eso sería muy importante para el sector", plantea el presidente de los Valedores.

Pero la solución no parece sencilla. Al hacerse con una variedad híbrida de uva, la administración es reacia a dar amparo legal a estos caldos, y aunque según los cosecheros hay otros ejemplos en los que los híbridos sí están reconocidos, las gestiones en el caso del vino de Barrantes están en punto muerto. La propia alcaldesa de Ribadumia, Salomé Peña, reconoció en la presentación de ayer que "seguiremos luchando para encontrar una forma de poder legalizarlo y comercializarlo".

La fiesta de Barrantes es el próximo fin de semana. Una docena de cosecheros pondrán a la venta sus caldos en la carpa de Bouza Martín. Los precios de venta al público serán de cuatro euros la botella y 1,50 euros la taza. El año pasado se habían vendido a tres y un euro, respectivamente, pero este año sube el precio porque hay mucho menos vino. Sin embargo, es mejor. "En 2012 hubo demasiado, y eso repercutió en la calidad", dice Rafael Vázquez.