La Policía Local de Vilagarcía continúa realizando un control exhaustivo de la zona azul desde que a principios de febrero los agentes recibiesen la orden de empezar a multar a los conductores que obvian la normativa de estos aparcamientos regulados mediante limitación horaria. Pero en función de dónde uno estacione el coche irregularmente, podrá ser sancionado o no. Mientras que en zonas como la plaza de la Independencia o la avenida de A Marina la presencia policial es continua, el tramo final de la calle Alexandre Bóveda -desde el cruce con la plaza del Doctor Carús hasta Valle Inclán- y la bolsa de plazas situadas tras el mercado de abastos la vigilancia de la zona azul es completamente nula.

Así lo admiten distintas fuentes policiales y el propio concejal de Seguridad, Ángel Benito Pérez Dorgambide, "Cholo". ¿El motivo? La ausencia de señalización vertical que indique que esos aparcamientos están regulados con zona azul. No obstante, el pintado en el asfalto ya se efectuó hace meses. "Mientras no haya señalización no vamos a denunciar", afirma un agente municipal.

El edil responsable de la Policía aclara que la señal está encargada y está a punto de llegar, por lo que se colocará en los próximos días.

La ausencia policial contribuye a que algunos aparca coches, denominados coloquialmente "gorrillas", se instalen en esta zona azul más próxima a la calle Valle Inclán. Allí la Policía ni multa ni tampoco está, lo que también propicia una mayor afluencia de conductores que optan por esta ubicación para estacionar sus vehículos. No obstante, también hay aparca coches en otras zonas del casco urbano de Vilagarcía con plazas de aparcamiento libres de cualquier limitación, como puede ser la plaza del Doctor Carús y el tramo final de la Avenida de A Mariña o la explanada TIR.

No son pocas las personas que han sufrido malas palabras y amenazas por parte de ciertos "gorrillas". El concejal "Cholo" Dorgambide dice ser consciente de ello, pero esgrime que no es fácil actuar en este sentido.

Fuentes policiales admiten no tener ninguna orden de disipar a estos individuos que piden "la voluntad" a los conductores por indicarles las plazas libres o ayudarles a maniobrar.

"En el caso de que dejasen de estar en los aparcamientos públicos y perdiesen esa fuente de ingresos, podrían dispararse los robos. Es la pescadilla que se muerde la cola", precisan trabajadores del cuerpo local de Policía.

Por otra parte, la ampliación de la zona azul prevista por el Ayuntamiento continúa paralizada y por ahora no hay visos de retomarla. Este hecho se debe a que la actual plantilla policial -formada por 42 profesionales- no podría controlar en buenas condiciones más plazas de aparcamiento, según los argumentos del edil de Seguridad. La intención en un principio era introducir como estacionamiento con limitación horaria el entorno del centro comercial y de la plaza del Doctor Carús.

El mismo día que el alcalde, Tomás Fole, y el concejal Dorgambide anunciaron que desistían del proyecto de cobrar por aparcar en zona azul, también dejaron claro que no era posible por el momento aumentar los estacionamientos regulados.

Hasta hace un mes las multas por no poner disco o superar el tiempo máximo de estacionamiento eran totalmente residuales. La polémica surgida en aquel momento -principios de febrero- en el seno de la Policía Local y el Concello fue el detonante de que se diese la orden de empezar a sancionar.