Si Garavilla intenta desmantelar la maquinaria de Vilaxoán para trasladarla a O Grove las sirenas de la cofradía y las campanas de la iglesia parroquial empezarán a sonar para que los vecinos acudan a evitarlo. Así se decidió en una reunión de las trabajadoras, que se han encontrado en esta lucha con el apoyo de buena parte de la ciudadanía y de los colectivos de Vilaxoán. Y es que Cuca es una empresa vinculada a esta localidad desde que la fundó la familia Pita a mediados de la década de los 30 del siglo pasado.

Sin embargo, por el momento ni sonó la sirena del pósito ni la campana de la iglesia. El sindicalista Francisco Vilar, de CC OO, apunta que Garavilla todavía no ha hecho ningún movimiento para llevar a cabo el traslado, y que las trabajadoras tampoco han recibido aún las cartas del Expediente de Regulación de Empleo (ERE).

Mientras, los sindicatos y el comité de empresa siguen con su ronda de consultas políticas. Tras la reunión del sábado 22 con el alcalde de Vilagarcía y el director xeral de la Consellería do Mar, Juan Maneiro, el miércoles 2 de enero se verán con un alto cargo de la Consellería de Traballo. Y están pendientes de que les citen de la Consellería de Industria y de la Diputación.