La sesión plenaria de ayer en Vilagarcía sólo puede calificarse de dos formas: extremadamente larga y poco productiva. Los ediles de la Corporación centraron el fuerte del debate en puntos conocidos hasta la saciedad como el Banco do Tempo para caldear el ambiente que aventuraba enfrentamientos en aspectos como la Relación de Postos de Traballo municipal y la ordenanza de terrazas. Y así fue.

PP, EU e Ivil no dudaron ni un ápice en levantar la mano en contra del plan laboral del Concello que, apuntaron, posee un "consenso sindical, aunque no político". El portavoz popular, Tomás Fole, hizo referencia explícita a la ausencia de UGT en la firma del acuerdo y acusó al concejal de Personal, José Membrives, de ser "incapaz de negociar".

Por su parte, Esquerda Unida condicionó su voto a tres puntos: el de que se suprimiese en todo caso el puesto de jefe de gabinete de la alcaldesa, el de secretario de protocolo y, sobre todo, que se proceda a la municipalización del servicio de atención al domicilio.

Membrives intentó sin éxito convencer a los tres ediles de EU prometiéndoles que sus demandas serían incluidas en el documento, unas palabras que fueron censuradas por Juan Fajardo que aseguró que "queremos hechos, realidades y no palabras que se las lleva el viento".

El debate en torno al plan laboral del Concello desveló ayer que el gobierno local debería haber negociado con el lado político, y no sólo con el sindical.

El rechazo de la RPT echa por tierra el llamado por algunos "acuerdo histórico" que pretendía, según palabras de la alcaldesa, Dolores García, establecer un organigrama que acabe con el empleo temporal en el Concello.

En el debate se habló de que la nueva RPT responde al "modelo Gago" y Juan Fajardo incluso llegó a usar términos como "influencia decisiva de la consanguinidad a la hora de optar por un puesto en este ayuntamiento" o la "digitalización para decidir quien ocupa un puesto u otro".

El portavoz del gobierno, Marcelino Abuín, quemó el último cartucho e intervino en apoyo de José Membrives para defender un plan "que aunque puede ser criticable, es mejor que no tener absolutamente nada". El portavoz invitó a la oposición a apoyar el plan y a intentar "mejorarlo" en el período de alegaciones o en las fases siguientes. Ni sus palabras ni las de Membrives convencieron.