El pulso que libran el Banco Pastor, como propietario del Gran Hotel La Toja, y el grupo hotelero Hesperia, que ostenta la gerencia del establecimiento de 5 estrellas hasta dentro de 10 años, “no puede estar provocado por una gotera”. Eso cree la plantilla, donde sospechan que una de las dos partes puede estar “tensando la cuerda en exceso”, para intentar “que rompa todo” y deshacerse de su compromiso con la otra sin tener que pagar indemnización.

Como se avanzó ayer, oficialmente una gotera habría provocado el desprendimiento del techo de una habitación, y a la espera de los informes técnicos sobre los daños, pero sobre todo mientras las dos partes deciden quién paga las reformas, el grupo Hesperia decidió cerrar 72 habitaciones y su Balneario, lo cual a medio plazo puede causar problemas a, al menos, 70 de los 140 trabajadores actuales.

Quieren tener confianza

Mientras el Pastor y Hesperia siguen discutiendo, los empleados esgrimen que “hacer especulaciones sobre lo que puede ocurrir es tan sencillo como arriesgado”, por eso quieren confiar en que las aguas vuelvan a su cauce “antes de que la imagen del Gran Hotel quede irremediablemente dañada”.

En cualquier caso, rehusar a hacer conjeturas parece complicado para aquellos que ven amenazado su puesto de trabajo, por eso algunos empleados recurren al mismo símil que usaron Hesperia y el Banco Pastor y esgrimen: “Si el dueño de un edificio lo tiene alquilado y quiere deshacerse de él sólo tiene que esperar a que se caiga a pedazos para que el inquilino se marche, ya que s i lo echa tiene que indemnizarlo; y del mismo modo, si el que paga el alquiler quiere romper el contrato que firmó por 15 años, lo que puede hacer es presionar para que lo echen y así no tener que pagar nada por irse”.

Convenio “secreto”

En cualquier caso, y dado que Banco Pastor y Hesperia se imputan mutuamente la responsabilidad sobre cualquier tipo de reparación o inversión necesaria, los trabajadores sostienen que “lo mejor que puede ocurrir ahora, para entender mejor este pulso, es que se haga público el contrato firmado hace cinco años por las dos partes, el cual mantienen en secreto pero puede servir para saber quién tiene la responsabilidad... y la razón”.

Negociación “amistosa”

Tanto el Banco Pastor como Hesperia insistían ayer en que “no hay novedades ni conflicto, sino que simplemente siguen las conversaciones amistosas y la negociación”. Las dos partes coinciden también al apuntar que “no habrá novedades hasta después de Semana Santa”.

A mayores, la entidad bancaria insiste en que el contrato firmado “estipula claramente las condiciones de alquiler y mantenimiento de las instalaciones”.

Con este panorama, José Manuel Núñez, desde el comité de empresa, abunda en lo publicado por FARO para esgrimir que “a muy corto plazo parece no existir riesgo para la plantilla, pero si esto se prolonga pueden verse afectados cerca de 70 empleados”. Y es que sin 72 habitaciones y sin Balneario, aún funcionando las 127 habitaciones restantes y el Club Termal, no serían necesarios 140 trabajadores.

Este representante del comité sostiene que la plantilla y la dirección del Gran Hotel no han podido acceder a los informes técnicos elaborados por peritos afines al Banco Pastor para determinar la situación estructural del emblemático edificio, de 102 años de antigüedad.

Sin esos documentos en la mano, y sin acceso al contrato firmado entre las dos partes, “es imposible determinar quién es el responsable de lo que está sucediendo”, abunda José Manuel Núñez, convencido de que “este pulso puede dañar la imagen del hotel, pero también a los trabajadores, por mucho que siga funcionando el Club Termal y se cuente con el refuerzo del Hotel Hesperia Isla de La Toja”, de 4 estrellas y reformado en enero.

Por eso el portavoz de los trabajadores insiste en que hay que acabar con el oscurantismo actual y considera que “el Banco Pastor debe pronunciarse, de ahí que estemos intentando contactar con sus responsables para que nos digan si este conflicto encierra algo más gordo que una simple gotera”.

Por otra parte, el alcalde de O Grove, José Cacabelos Rico, tiene previsto reunirse con Ramón Braña, director del Gran Hotel. “Íbamos a encauzar algunos eventos a celebrar este año, pero ahora también voy a interesarme por esta situación, ya que el Gran Hotel es una de las empresas más importantes de nuestro pueblo, y si tiene problemas pueden salir perjudicadas decenas de familias grovenses”, declara.

Por esta razón, Cacabelos ofrece “todo el apoyo posible del Concello para intentar reconducir la situación y garantizar la continuidad del Gran Hotel y de los puestos de trabajo”. En cualquier caso, advierte de que “el Banco Pastor lleva tiempo quitando lastre”, en referencia a la marcha atrás en el proyecto del campo de golf de Feáns, “los problemas de su inmobiliaria” y la venta de la parcela Z-3 de A Toxa, ahora urbanizada.