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Elnosa ya es historia en Pontevedra

Los terrenos que ocupaba Elnosa están vacíos, ocultos tras la maleza, con solo Ence al fondo. | // G. SANTOS

Elnosa ya es historia en Pontevedra. Los terrenos de la antigua clorera, ubicados al lado de la fábrica de Ence, son ya un solar que, a juicio tanto de la Xunta como de la empresa, están listos para volver al dominio público.

Así lo confirmaron fuentes de la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda, encargada de auditar todo el proceso de desmantelamiento de la clorera, así como de descontaminación de los terrenos. Fue la propia Xunta la que dio el visto bueno al proyecto presentado por el grupo luso Bondalti, dueño de Elnosa, para desmontar y descontaminar el solar que ocupó durante décadas en Lourizán. Lo hizo, “después de comprobar que el proyecto de descontaminación era técnicamente sólido”.

Asimismo, “se hizo un seguimiento de la ejecución del mismo, que ya está concluido”, indicaron desde la Consellería. De hecho, afirman que en diciembre de 2021 la administración autonómica aprobó la resolución mediante la cual se certificaba “que la recuperación del suelo se realizó teniendo en cuenta todas las consideraciones”.

También la empresa dan por finiquitado un proceso que pone fin a una concesión que se inició en el año 1968, con Electroquímicas del Noroeste, una empresa entonces vinculada a Ence,hasta que a principios de siglo fue adquirida por el grupo portugués CUF, ahora rebautizado como Bondalti. En 2017 tuvo que cerrar para acatar la normativa de la Unión Europea que prohibía a partir de esa fecha la producción de cloro con la tecnología de mercurio que utilizaba la fábrica de Pontevedra.

Vuelta al dominio público

Así las cosas, tan solo falta que el Ministerio de Medio Ambiente certifique, tal y como exige la legislación, que el concesionario ha dejado, tal y como informa la Xunta, la parcela en las mismas condiciones que se encontraba antes de su uso industrial. Cumplimentado este requisito, los 13.500 metros cuadrados de concesión volverán a dominio público.

El proceso de desmantelamiento ahora resuelto no estuvo exento de alguna polémica. Especialmente cuando en 2019, con la fábrica ya parada, la vecina Ence notificó la detección de mercurio en los piezómetros que la pastera tiene instalados por obligación de su Autorización Ambiental Integrada.

Entonces se ordenaron una serie de investigaciones para aclarar la procedencia del mercurio, que Ence indicaba que pudieran tener su origen en el proceso de desmantelamiento de la clorera. Según la información hecha pública por el Gobierno en el Congreso, “dado que el mercurio se usó durante muchas décadas en los terrenos de la concesión de Elnosa (...) la contaminación por mercurio detectada podría ser histórica, no siendo posible saber el origen exacto”.

“Hasta el momento, no se tiene ningún indicio de que los niveles detectados por Ence” en su programa de vigilancia ambiental, “provengan del proceso de desmantelamiento de Elnosa”, informó en su día el Gobierno al Congreso.

También se añadió que según la Xunta, la presencia de ese contaminante “no significa que exista un riesgo para la salud o el medio ambiente”.

Asimismo, en esta misma información se recoge que hasta mayo de 2021 (el proceso finalizó satisfactoriamente, según la Xunta, en abril), Elnosa cumplió “con todo lo indicado por la Xunta respecto a la descontaminación de suelo, realizando todos los controles adicionales que desde esa administración sele han requerido”, indica el Gobierno en una respuesta a una pregunta parlamentaria. En cualquier caso, el origen del mercurio detectado por Ence, más allá de esa alusión a una posible “contaminación histórica” por los años de actividad de Elnosa, no llegó a aclararse del todo.

Bondalti destinó 2,6 millones al proceso de desmantelamiento y descontaminación, que costó dos millones de euros y estuvo dividida en dos fases. La primera de demolición de las instalacines y la segunda de descontaminación de los suelos, incluyendo también el subsuelo y con compartimentos estancos para evitar posibles filtraciones, especialmente teniendo en cuenta la posible existencia de restos de mercurio.

Un total de 66 toneladas de mercurio que fueron retiradas en menos de un año

Según la información disponible sobre este proceso de descontaminación, Elnosa se deshizo del grueso de mercurio de las celdas con las que llevaba a cabo el proceso productivo de cloro (un total de 47,7 toneladas) en menos de un mes a finales de 2017. Posteriormente, como producto del desmantelamiento de los distintos elementos de la planta, se generaron cantidades “menores” de mercurio. Se trata de aproximadamente unas 5,4 toneladas que fueron enviadas a Mayasa (Centro Tecnológico del Mercurio)para su “almacenamiento temporal” y otras 17,67 toneladas que se mandaron para su “estabilización y disposición final”.

La normativa de la Unión Europea obligaba a España a reportar a Bruselas toda la información facilitada por Elnosa sobre el proceso. Esto ocurrió así desde su cierre en 2017 cada año hasta 2019. Y es que, transcurrido un año de que todo el mercurio haya sido retirado ya no existe esta obligación. A finales de 2018, según la documentación, todo el metal había sido retirado de la parcela.

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