“Rogamos tu ayuda en estos momentos tan difíciles, a fin de soportar y superar las adversidades que se presentan en nuestro diario peregrinar por la vida; que esa paz que irradias se extienda sobre una humanidad que hoy se ve amenazada por un virus, que en pandemia se ha ido extendiendo por todo el orden conocido, y por una guerra fraticida cuyo final no se vislumbra”, expusieron, en la ofrenda a la Virgen Peregrina, Alicia Blanco Barros y Enrique Barreiro Álvarez, matrimonio elegido por la Cofradía de la Peregrina para realizar este ofrecimiento.
Los esposos basaron su ofrenda en las virtudes del Camino jacobeo y de quienes lo realizan, que “de regreso a su lar contarán cómo hacer el camino ha sido la aventura más maravillosa de su vida, en especial en este año jubilar, cuando son miles los peregrinos que por distintos caminos van cubriendo etapas”.
Y entre las distintas rutas jacobeas destacaron que “es la que discurre por las tierras ibéricas de nuestro país hermano y vecino, vertebrando desde Faro, al sur, al río Miño, ya en la frontera norte, el camino portugués, el que te ha elegido patrona por el cariño y devoción que hacia ti profesa”. Los oferentes hicieron un repaso histórico del camino y del santuario que desde hace 246 años “en barroco portugués hicieron tu refugio y aquí, en Pontevedra, te quedaste y por tu cariño y bondad de madre te alojaste en nuestros corazones para siempre”.
En su réplica, el sacerdote agradeció al matrimonio esta recapitulación, que “nos introduce en los caminos de la vida donde nos acompaña la Virgen Peregrina. Nosotros, como símbolo, como expresión externa de este gran acto ofrecemos flores, pero las verdaderas flores son las que han presentado este matrimonio, que nos honra con su presencia y que interpreta el sentido de todos los que estamos aquí, nos presentan los caminos de la vida, las dificultades que hoy en día seguimos teniendo en nuestro itinerario diario y en nuestra sociedad actual”.
