Después de arrasar los montes de las provincias de Ourense y Lugo, el rastro del fuego llega a Pontevedra. El incendio de Caldas y Vilagarcía inició una serie de focos que afectan a toda la comarca y llegan a las puertas de la ciudad de Pontevedra. Además de Caldas, también Portas fue atrapado por el fuego en la jornada de ayer, además de Meis (en el Castrove), Cambados o la Illa de Arousa.

A media tarde se registraba un incendio en Seixido (A Lama) que calcinaba unas tres hectáreas y poco después la zona de O Pereiro, en Poio, volvía a ser escenario de las llamas, por segunda vez en pocos días. En un par de horas los medios de extinción lograban sofocar el incendio, pero no había descanso para las brigadas. De inmediato había que actuar en la zona de A Fracha, entre Ponte Caldelas y las parroquias pontevedresas de A Canicouva y Ponte Sampaio. Allí, el fuego acercaba el drama del monte quemado a las puertas de la ciudad de Pontevedra, donde era visible una imponente columna de humo.

Medios terrestres y aéreos (mientras fue posible) se movilizaron para sofocar un incendio declarado alrededor de las 19.30 horas de la tarde de ayer en A Fracha. De hecho, a causa de este y de otros incendios en la provincia, helicópteros y aviones de extinción sobrevolaron la ciudad toda la tarde.

Un agente, cuatro brigadas, dos motobombas, dos palas y tres helicópteros fueron enviados por Medio Rural a este incendio, cuya columna de humo se veía desde Pontevedra, Vilaboa, Ponte Caldelas, Soutomaior e incluso desde Cerdedo-Cotobade, entre otros puntos.

En el incendio del Monte Xiabre fue necesario desalojar viviendas. Algunas personas fueron reacias a abandonar sus hogares. Una de esas familias fue la de José Alberto Candal. “El fuego empezó en O Pazo, en Saiar, siempre es en el mismo sitio, y con la fuerza del viento atravesó carreteras y prendía todo. A las dos de la mañana nos llamó la Policía a todos los vecinos de la aldea [Aldea de Arriba] informándonos que teníamos que evacuar. Yo quise sacar el tractor pero la Policía me dijo que abandonara todo si no me iban a multar, que me iba a salir más caro la multa que el tractor”. Por la mañana todos los vecinos desalojados pudieron regresar a sus casas y lo hicieron de forma escalonada.