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A Peregrina marca el ritmo de la ciudad

Su reloj, entre los tres históricos, sigue dando la hora. Le acompaña, más lejos, el de Vialia

Los relojes públicos que coronan los edificios del santuario de A Peregrina, la Casa Consistorial, el Hospital Provincial y Vialia. RAFA VÁZQUEZ

El reloj público más antiguo que se recuerda en Pontevedra coronaba el hospital de San Juan de Dios, que se levantaba en la actual plaza de Curros Enríquez. Fue –según cuentan las hemerotecas– el primer reloj urbano de Pontevedra, instalado a finales del siglo XIX. Tras la desaparición de este viejo hospital, su reloj pasaría a una torre de la iglesia de A Peregrina donde se instalaría en el año 1896.

La Casa Consistorial del arquitecto Alejandro Rodríguez-Sesmero no tenía inicialmente el reloj que ahora luce en su frontispicio, pero la corporación municipal de 1886 decidió la compra de dos relojes, uno para el Concello y otro a instalar en otro lugar público. Dieciséis años más tarde se inició un debate sobre dónde ubicar el reloj adquirido a una prestigiosa relojería francesa. Podría ser en la iglesia de San Francisco, o en el edificio del Liceo Casino (que en lo alto de su fachada muestra el hueco de un reloj que no tiene).

Reloj del Hospital Provincial. RAFA VAZQUEZ

Con el reloj del hospital de San Juan de Dios trasladado a una de las torres de A Peregrina, los dos aparatos recién adquiridos se situaron en la Casa Consistorial y en la desaparecida prisión provincial.

El de la Casa Consistorial está parado desde hace muchos años, mientras el edificio está a la espera de una reforma integral. Pero el de A Peregrina también detuvo su marcha hace solo unos años, hasta que Juan Lago, ingeniero militar pero aficionado a los relojes, se ofreció a reparar el del santuario en 2015.

Reloj de la estación de Adif. RAFA VAZQUEZ

Este ingeniero explicó en una entrevista a FARO que el reloj de A Peregrina tiene un “problema físico de origen” y es que la aguja pequeña está mal equilibrada, de modo que hay que recurrir a unos contrapesos para calibrar el reloj, que a veces adelanta o atrasa, pero por lo general adelanta, según este experto.

Electrónico

En realidad las campanas del histórico reloj están actualmente conectadas a un sistema electrónico, por lo que aunque las agujas adelanten o atrasen levemente, los pontevedreses escuchan las campanadas a la hora correcta.

Juan Lago contaba en su entrevista a FARO del año 2021 que seguía visitando casi a diario el mecanismo de A Peregrina, para mantenerlo en hora y solucionar ese pequeño desfase horario que arrastra debido al error de su aguja pequeña.

Curiosamente tanto el reloj de este campanario como el del Hospital Provincial se mantuvieron parados durante muchos años en las 17.20 horas.

El otro reloj público que funciona hoy en día en Pontevedra es el de la estación de tren, inaugurada el 8 de agosto de 1966. En este caso es un instrumento muy útil para todos los que llegan a la estación contando los minutos para subirse al tren.

Parado, desde hace muchos años, la ciudad también cuenta con el reloj del Hospital Provincial de Pontevedra, centro público que entró en servicio en 1897.

Documentos en la torre

La torre del reloj de A Peregrina guardó durante muchos años la documentación histórica del santuario, según recoge en un libro de la historia de este templo María del Carmen Fernández Arruty. Esta autora explica que la documentación sobre la capilla desapareció en torno a 1920, cuando los documentos sobre la Cofradía de la Peregrina se encontraban en este campanario en un estado de total abandono, hasta el punto de que los niños jugaban con las hojas sueltas. Pocos años después –explicaba la autora de “La capilla de Nuestra Señora del Refugio. La Divina Peregrina”, gracias al interés del historiador Joaquín Núñez los documentos conservados, localizados revueltos entre escombros, fueron entregados al Archivo Provincial.


Tras una suscripción popular, los vecinos de Pontevedra regalaron en 1958 a la Cofradía de la Virgen Peregrina el carillón que en las siguientes cuatro décadas recordó puntualmente a la ciudad el paso del tiempo. Este grupo de campanas vino a servir de complemento musical al antiguo reloj del santuario. Según un documento que obra en poder de la Cofradía de la Virgen Peregrina, el carrillón se considera propiedad del Ayuntamiento dado que tras la donación pasó a ser un apéndice del antiguo reloj. Y, ya con música, fueron pasando de nuevo los años que hicieron décadas hasta que en 1998 el carrillón se volvió casi mudo.


En 1990 el primer reloj de la capilla de A Peregrina fue retirado de la torre del santuario y trasladado al Museo de Pontevedra. El concello consignó la compra del nuevo reloj por 800.000 pesetas (4.800 euros). Los técnicos de la firma vasca Murua, especialista en relojes antiguos, instalaron el nuevo aparato en el santuario.

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