Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los musulmanes de Pontevedra celebran su primer Ramadán libre de restricciones COVID en tres años

Mohamed Bah dirige la oración en la mezquita de Pontevedra, ayer a mediodía. GUSTAVO SANTOS

Los más de 3.000 musulmanes que residen en Pontevedra y su área de influencia han iniciado la celebración de la fiesta del Radamán, la que conmemora el origen de su fe, con la liberación de la práctica totalidad de las restricciones por el COVID. Al menos este año, al igual que el pasado 2021, pueden acudir a orar a la mezquita de la capital, algo que en la primavera de 2020, cuando se declaró la pandemia, tenían prohibido, como el resto de cultos religiosos debido a la declaración del estado de alarma y el confinamiento estricto.

La comunidad abre sus puertas a la oración en grupo, o en solitario, en el templo de la calle Gaiteiro de Soutelo. Solo pueden acudir los hombres, ya que el Islam separa este momento por sexos. Como en Pontevedra no hay demanda por parte de las mujeres, que realizan la oración en la privacidad, la mezquita no cuenta actualmente con una zona separada para ellas, como ocurre en otras grandes ciudades o en países en los que la religión es mayoritaria.

La mascarilla todavía está presente en el templo pontevedrés, en el que a partir del próximo 20 de abril, al igual que en el resto de España, ya no será obligatorio su uso en interiores. Además, ya no hay restricciones de aforo, como sí ocurría el año pasado, cuando la capacidad se limitaba al 30%. Cuentan, además, con medidor de CO2 en la sala.

Tal y como explica Mohamed Bah, portavoz del colectivo musulmán en Pontevedra, son seis los horarios destinados a la oración “y varían cada día una cuestión de minutos durante el mes que dura el Ramadán, este año entre el 2 de abril y el próximo 1 de mayo”. Por ejemplo, ayer lunes, los horarios estipulados eran a las 6.18, 8.02, 2.36, 6.18, 9.11 y 10.41. Se van adelantando progresivamente, de modo que el último día, el domingo primero de mayo serán a las 5.38, 7.31, 2.32, 6.25, 9.34 y 11.04 horas.

Movimiento del dedo índice durante el rezo. // GUSTAVO SANTOS

“No se podía hacer nada”

“Han sido años difíciles en los que no se podía hacer nada, ni tocar nada, y ahora apenas se habla del virus”, considera Bah.

Asegura que todos los asistentes habituales a la mezquita pontevedresa están vacunados con las tres dosis contra el COVID, “o con dos aquellos que pasaron el virus”, por lo que la tranquilidad en el templo es absoluta ahora que la mascarilla ya no va a ser obligatoria.

Debido, precisamente, a la pandemia, la comunidad se mantiene estable en la comarca, entorno a los tres millares. Los sectores laborales en los que más encuentran oportunidades de trabajo son el pesquero, el forestal y en el de la construcción, en auge tras un parón de varios años.

Ni ancianos ni enfermos

El Ramadán es seguido estrictamente por todos los musulmanes, excepto las personas mayores, enfermas, mujeres embarazadas, que estén en lactancia o menstruando. Tampoco los niños deben hacerlo.

Este mes de purificación espiritual y física implica que el ayuno entre el amanecer y el atardecer es obligatorio: no se puede beber, comer, fumar ni mantener relaciones sexuales. La primera comida del día es el “suhur”, un refrigerio de madrugada antes de que salga el sol. Los días que no se ayune se pueden reponer a lo largo del año.

Además, también hay ciertas actitudes que se deben respetar: no mentir, no discutir ni pelearse..., mientras que la ayuda a los más necesitados y la piedad completa la doctrina recogida en el Corán, el texto sagrado de la religión.

Mohamed Bah sostiene un Corán en la mezquita de Pontevedra. GUSTAVO SANTOS

Mohamed Bah, una década viviendo en la Boa vila

Mohamed Bah es natural de Marrakech, Marruecos, y vive en Pontevedra desde el año 2013. Es el portavoz del colectivo musulmán en la comarca, aunque asegura que en su religión no existen cargos como tal, sino que cada uno asume una función “desinteresadamente”. Es por ello que también ejerce de segundo imán en la mezquita pontevedresa cuando no se encuentra el principal, Mustapha, para dirigir la oración.

Bah llegó a España en 2008, ya que una de sus hermanas vivía en Salamanca por aquel entonces. Él terminó en Pontevedra, donde regenta su propia carnicería, Carnicería Salam Halal, en la que vende carne de animales sacrificados por el método “halal”, es decir, mirando hacia la Meca. Está casado y tiene a su madre y dos hermanas en Marruecos.


Compartir el artículo

stats