Los hallazgos arqueológicos que se produjeron durante las tres últimas semanas en el subsuelo de la plaza cambadesa de San Gregorio son modestos y relevantes a la vez. El arqueólogo director del proyecto, Antonio Castro Rozados, admite que, “no son unos grandes hallazgos”, pero matiza inmediatamente que, “son importantes a nivel local”. Esto es así porque es la tercera vez que se localizan materiales de la época romana en Cambados, pero por el momento no existe ninguna evidencia, ni histórica, ni arqueológica, de que existiese un asentamiento romano dentro del actual casco urbano. Sin embargo, en esta ocasión aparecieron fragmentos de tégulas (tejas planas), lo que indicaría que pudo existir un asentamiento romano no demasiado lejos de San Gregorio.

Sindo Mosteiro, licenciado en Historia del Arte y autor de varias investigaciones sobre el pasado de Cambados, resalta que los restos que han aparecido bajo el suelo en San Gregorio, “son importantes porque el material romano es poco frecuente”. De hecho, él solo tiene constancia de otras tres localizaciones anteriores: en un solar privado de San Tomé, cuya excavación dirigió también Castro Rozados; en el islote de A Figueira, donde se encuentra la torre de San Sadurniño; y en el monte de A Pastora, en cuya cima existió un castro. “Los hallazgos de la plaza de San Gregorio nos indican que lo más probable es que existiese alguna instalación romana cerca”, añade Mosteiro.

La costa estaba salpicada en el siglo I después de Cristo de pequeñas instalaciones romanas, ya fuesen “villas”, en las que residía algún dirigente, o factorías, en las que se hacían salazones de pescado o se preparaban salsas. Se da por hecho que hubo construcciones de este tipo en la comarca, y de hecho se cree que pudo existir una en las proximidades del castro de Treviscoso -en el límite municipal de Vilanova y Cambados, en las proximidades de la depuradora de agua potable- o en Castrelo. Pero, por el momento, sería imposible determinar la existencia de un asentamiento de este tipo en el actual casco urbano de Cambados.

Los restos aparecidos en San Gregorio, sin embargo, podrían dar una pista de que ese asentamiento existió y no queda lejos, puesto que en el segundo depósito había fragmentos de “tégulas”, tejas planas de la época romana. “Estos materiales no solían trasladarse lejos”, concreta Antonio Castro.

El concejal de Patrimonio, Xurxo Charlín, ha señalado al respecto que, “la aparición de este material demuestra que en Cambados todavía queda mucho por hacer a nivel arqueológico”, y avanza que en lo que queda de mandato se realizarán otras intervenciones similares, “porque son necesarias para conocer mejor la historia de nuestro pueblo”.

Del siglo XVII

El Ayuntamiento de Cambados está llevando a cabo una obra de reurbanización y embellecimiento de la plaza de San Gregorio, uno de los espacios públicos más singulares del barrio de Fefiñáns. En el transcurso de esta obra se realizaron los preceptivos sondeos arqueológicos, y fue en estos en los que aparecieron dos depósitos, uno en el lado este de la plaza y otro en el suroeste.

En el primero, y de mayores dimensiones, localizado a entre 20 y 25 centímetros de profundidad, y asociado a un “cuncheiro”, aparecieron no solo restos de diferentes moluscos (almejas, berberechos y vieiras, sobre todo), sino también tres asas de ánforas romanas, de cerámica medieval y de loza del siglo XVII, procedente de Portugal.

En el segundo depósito, situado a unos 15 centímetros bajo tierra, aparecieron fragmentos de ladrillos modernos y de tejas planas de época romana. “El material de construcción es más pesado, y nos indica que pudo haber un asentamiento romano próximo”, sostiene Castro.

El arqueólogo está ahora inmerso en todo el trabajo de laboratorio, registro y datación de las piezas. Así, ha determinado que al menos una de las ánforas es del siglo I después de Cristo, y que se hizo en algún centro alfarero situado en la desembocadura del río Guadalquivir, entre Sevilla y la bahía de Cádiz.

Estas ánforas pudieron reutilizarse durante siglos hasta época moderna, al aparecer en el mismo estrato de tierra que unos pedazos de “faianças”, unas lozas esmaltadas procedentes de Portugal e inspiradas en la porcelana china y que las casas gallegas pudientes de la época adoraban.

Más estudios en San Sadurniño y A Pastora

Xurxo Charlín está convencido de que el subsuelo de Cambados tiene mucho que contar sobre la historia de la localidad, y lamenta que “durante los últimos mandatos municipales se invirtió muy poco en investigaciones arqueológicas”. En este sentido, destaca la importancia de trabajos como el acometido el pasado verano en el islote de San Sadurniño, y que permitió descubrir los restos de la antigua capilla, tras muchas décadas de elucubraciones sobre su localización. Cambados intentó llevar a cabo una segunda fase de esa excavación en el islote con dinero de los Next Generation, pero finalmente ha tenido que aparcar la iniciativa porque el Gobierno central no aprobó el proyecto de Cambados. Pero esto no significa que renuncie al plan. “En 2023 intentaremos descubrir toda la cimentación de la capilla”.

Pero mientras no llega ese momento, el concejal de Patrimonio tiene otros proyectos en mente. El próximo es la recuperación de la antigua escalinata de la iglesia de Fefiñáns, que se cambió de lugar entre los años 60 y 70 del siglo pasado porque entorpecía el paso de los coches que circulaban por la carretera de Vilagarcía a Vilalonga. Antes de las obras hay que ejecutar una excavación en la zona donde se encontraba la antigua escalinata, y el proyecto lo está redactando también Antonio Castro Rozados.

Charlín manifiesta que, “parte de la escalera antigua seguramente estará enterrada bajo la plaza, pero hay que investigar como está, si tiene por encima arena, tierra o cemento”. De hecho, el edil explica que en la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta le han dicho que en la medida de lo posible, la nueva escalera se haga con los elementos originales enterrados.

Más a largo plazo, el responsable del departamento de Patrimonio de Cambados medita realizar una excavación en el monte de A Pastora, para localizar y estudiar el castro que existió según la literatura histórica en este emplazamiento. “Cambados tiene una riqueza arqueológica enorme, pero hay que investigarla”, aseveró.

Para Charlín, las inversiones en arqueología tienen muchos beneficios sociales y educativos, e incluso se pueden acometer actuaciones con poco coste, como la ruta de los marcos históricos.