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Casi el 85% de las familias que pidieron entrar en febrero en 14 escuelas infantiles, sin plaza

Las listas provisionales reflejan un total de 149 solicitudes y solo se admitieron 21, por lo que se genera una lista de espera de 128 bebés, en su mayor parte en Pontevedra, con 70

El gerente del Consorcio, Perfecto Rodríguez y el alcalde, César Poza, en la escuela de Vilaboa. FdV

Catorce escuelas infantiles públicas de la red autonómica A Galiña Azul existentes en la comarca publicaron hace unos días las listas provisionales del segundo plazo extraordinario de matrícula, abierto en diciembre para la incorporación de los niños en febrero. Son muchos más los solicitantes que se han quedado en lista de espera (128) que los aceptados (21), lo que significa que al menos ocho de cada diez familias que pidió entrar en este proceso se quedan sin plaza. Apenas un 14% de los solicitantes tuvo éxito. Los centros que figuran en estos listados están en Pontevedra (campus, Monte Porreiro, y A Parda), Marín (el casco urbano y Seixo), Cerdedo-Cotobade (una en cada territorio), Barro, Campo Lameiro, Moraña, Poio, Ponte Caldelas, Portas y Vilaboa.

La mayor demanda sin satisfacer corresponde al tramo de edad de 0-1 años, con más del cuádruple de excluidos (64) que de admitidos (15), mientras que de 1-2 años quedan fuera cuarenta y entran solo dos. En la franja de 2-3 años son cuatro los admitidos y 24 en lista de espera.

De los 76 niños menores que solicitaron la inscripción en alguna de las tres escuelas infantiles de Pontevedra (donde existen tres públicas más) setenta han quedado en lista de espera, si bien la Consellería de Política Social y el Consorcio que gestiona esta red siempre aclaran que existen casos de duplicidad de solicitudes; es decir, una misma familia pide plaza en varios centros, lo que puede distorsionar el balance final. En todo caso, muestra la tendencia de que aún hay escasez de plazas públicas en la ciudad, aunque la Xunta dispone de bonos para poder acudir a escuelas privadas. Los seis admitidos en Pontevedra para febrero se reparten entre el campus (cuatro) y A Parda (dos), ya que no se aceptó ninguna entrada nueva en Monte Porreiro.

Tampoco hay admitidos en los centros Galiña Azul de Barro y Campo Lameiro, con siete y dos bebés en lista de espera, respectivamente. En el lado contrario aparece Ponte Caldelas, con una única solicitud, que fue aceptada. En las dos instalaciones de Cerdedo-Cotobade podrán entrar el próximo mes cuatro menores, pero tres quedan fuera, mientras que en los otros dos de Marín hay tres admitidos y 9 en espera.

La lista de los siete aceptados restantes se reparte entre las escuelas infantiles de Moraña (dos), Poio (uno), Portas (uno) y Vilaboa (tres), mientras que aquellas familias que se quedaron sin plaza en estos mismos municipios son 37: seis en Moraña, quince en Poio, ocho en Portas y otros ocho en Vilaboa.

Las escuelas infantiles de la Xunta tienen tres períodos hábiles de matriculación. El ordinario se abre en marzo para los alumnos que comienzan el curso en septiembre; este último mes se activa el primer plazo extraordinario para quienes pretenden empezar a mediados de octubre; y en diciembre se pone en marcha el tercero y último, para aquellos que entran el 1 de febrero. Una vez cerrada la inscripción, el pasado 28 de diciembre se publicaron las listas provisionales en la página web del Consorcio Galego de Servizos de Igualdade e Benestar y en los tablones de anuncios de las propias escuelas. Y desde el pasado día 29, hasta el próximo martes, 11 de enero se abre un plazo de presentación de reclamaciones, que resolverá un comité mixto, con representantes del órgano autonómico y de cada concello consorciado. El 20 de enero se publican los admitidos definitivos y los niños que entonces queden fuera formarán parte de una lista de espera que se tendrá en cuenta en caso de que algunos no formalicen la matrícula –tienen de plazo entre el 21 y el 28 de enero– o si se produce alguna baja durante el curso.

La escasez de plazas ofertadas suscita quejas de progenitores que no saben cómo podrán conciliar si, finalmente, sus vástagos no son admitidos. Es el caso de una familia de Silleda que, al efectuar la reserva, no salía de su asombro al comprobar que había únicamente tres plazas para diez demandantes. Finalmente, su bebé ha sido uno de los no aceptados, por ahora. Pero su queja no viene tanto por el hecho en sí como por la diferencia en las puntuaciones, que oscilan entre 26 y 16. Con los baremos existentes, es difícil que haya grandes diferencias en la valoración, salvo en casos de familias numerosas o con miembros discapacitados.

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