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El efecto velutina: menos del 50% de miel

Emilio Ramírez con un panal de su propiedad en Salcedo. Gustavo Santos

La producción de miel en la comarca se ha reducido a menos del 50% de lo habitual por el impacto que la avisa asiática, más conocida como velutina, tiene sobre la población de las abejas. Los apicultores acusan los efectos de este insecto y tratan de sacar adelante sus colmenas, aunque para muchos de ellos esta labor ya solo tenga un carácter lúdico porque a nivel económico “no compensa demasiado”.

Emilio Ramírez, apicultor de la parroquia pontevedresa de Salcedo, es uno de ellos. Asegura que el mes “fuerte” del insecto asiático es agosto y que esto se deja notar en la producción de las colmenas del año que siguiente, que se resiente.

“Otros años los panales estaban colmados de miel y ahora apenas hay. La velutina empieza a trabajar en el mes de agosto, cuando ya está hecha la cosecha de la abeja. La miel sigue ahí porque no se saca antes de la colmena para que esté bien madura y en condiciones exactas de consumo”, explica.

“El año pasado, 2020, hubo mucha avispa asiática, por eso este año casi no hay miel”, se lamenta.

La pandemia no provocó el aumento de este insecto, ya que los apicultores continuaron poniendo las trampas en sus terrenos, “pero había mucha, y hace dos años todavía más”.

El principal efecto es en la cantidad de miel producida, “menos de la mitad que en años anteriores”. “En esta zona en concreto a partir de mediados de mayo ya no hay cosecha, la poca miel que tienen no la sacamos porque es para mantenimiento de las abejas”, puntualiza el pontevedrés.

Por otro lado, están las consecuencias sobre la población de abejas, aunque ahora los propietarios de colmenas redoblan esfuerzos para poner trampas.

“Trabajamos continuamente poniendo trampas y deshaciendo nidos”, subraya Emilio Ramírez. De hecho, él es uno de los más de 20 voluntarios del grupo del Concello de Pontevedra que actúan retirando nidos por el municipio en varios grupos: Campañó, Cerponzóns, Lérez-Verducido-Xeve, Marcón-Tomeza, Salcedo, A Canicouva-Pontesampaio y Bora, entre otros.

La muerte ante la colmena

La época de cría de la abeja va desde el mes de enero hasta el de julio. “Trabaja según entre néctar en la colmena. Si no entra néctar, no hay cría. Si hay buen tiempo cría mejor. Ahora en otoño ya trabajan poco”, indica Ramírez, que subraya que cada ejemplar de abeja peligra cuando hay avispa asiática cerca, “porque se las llevan así como salen de la colmena”.

Básicamente, la velutina actúa así: sobrevuela delante de la colmena atraída por sustancias como el polen. Cuando alguna abeja sale a trabajar la coge y le corta la cabeza en el aire. Entonces, se lleva el resto del cuerpo a algún tronco para alimentar a sus larvas.

Esta avispa puede anidar a diferentes alturas, tanto en lo alto de árboles, tejados de edificios o muros, como en el propio suelo. Esta última opción es la más peligrosa, por el peligro de poder pisarlos. Para acceder a los nidos de mayor altura, los voluntarios cuentan con una pértiga.

200 nidos retirados por los voluntarios del Concello de Pontevedra en seis meses

Más de una veintena de vecinos voluntarios del municipio de Pontevedra trabajan en la retirada y destrucción de nidos de velutina, una labor que hacen desinteresadamente y por la que no reciben prestación alguna. Muchos de ellos son apicultores o tienen colmenas en sus propiedades. Llevan seis años realizando este trabajo en colaboración con el Concello de Pontevedra y solamente en los últimos seis meses de este 2021 han retirado 200 nidos de avispa asiática. José María Domínguez, vecino de Campañó y portavoz de este grupo, asegura que sigue habiendo mucha avispa asiática en el ayuntamiento, especialmente en las zonas donde hay frutales y agua. Recuerda que la velutina crea en abril el nido primario y que en junio ya tiene un tamaño pequeño. “Lo va aumentando y a finales de septiembre o principios de octubre deja naciendo en cada nido unas 50 o 200 reinas, de las que saldrán adelante solamente ocho o diez”, resume. Por eso es tan importante trampear hasta junio para atrapar reinas. “Si atrapas 20.000 obreras matas un nido y en primavera coges 200 reinas evitarás otros tantos nidos”, destaca Domínguez. Alrededor de 10 metros de radio de un nido de avispa asiática se pueden formar otros diez nidos, de ahí que el grupo de voluntarios redoble esfuerzos. Además, la Xunta pone a disposición de todos los gallegos el teléfono 012 para advertir de un nido y enviar a la empresa contratada para tal fin a eliminarlo.

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