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La oferta de pisos en alquiler para estudiantes ya está agotada a las puertas del curso universitario

Dos jóvenes se disponen a comer en la Residencia de Estudiantes Afundación. Rafa Vázquez

Queda menos de una semana para el comienzo oficial del curso universitario, el próximo lunes 6 de septiembre, y encontrar piso de alquiler en Pontevedra es ya misión imposible. Las inmobiliarias de la Boa Vila confirman que sus bolsas de inmuebles para universitarios están “totalmente agotadas”, y ya solo quedan habitaciones sueltas en pisos compartidos para las que los propios estudiantes tratan de buscar inquilinos.

Los portales web de alquiler de viviendas, las redes sociales e incluso los tablones de anuncios de las facultades que conforman el campus universitario de Pontevedra se llenan estos días de imágenes con habitaciones libres y la inscripción “se busca compañero de piso”. Y es que esta es la única alternativa a la que pueden agarrarse los universitarios que todavía no han encontrado vivienda para el próximo curso académico, ante la mínima oferta registrada este verano por las agencias inmobiliarias. Desde Pontehabitat Inmobiliaria, Inmobiliaria Bolboreta, Inmobiliaria Michelena, Funziona Inmobiliaria e Inmobiliaria Duplex ratificación el completo alquiler de los inmuebles disponibles y aseguran que “año tras año, los escasos alojamientos no cubren la demanda estudiantil de pisos en Pontevedra”.

“En junio el stock de viviendas de alquiler disponibles quedó totalmente agotado”, explican desde Pontehabitat Inmobiliaria. La oferta de esta agencia, ubicada en la Rúa Peregrina, fue de cinco pisos, “de los cuales solo dos salieron al mercado”, ya que en las tres viviendas restantes “los anteriores inquilinos decidieron renovar el contrato”. Tampoco en la Inmobiliaria Bolboreta, en la Rúa General Gutiérrez Mellado, tienen actualmente ninguna vivienda en alquiler, a pesar de ser una de las agencias que más pisos para estudiantes gestiona. “Ofertamos aproximadamente 45 inmuebles y el arrendamiento ha sido total”.

Pocas viviendas

La mayor cartera de pisos de Bolboreta hizo que los tiempos de la firma de contratos fueran graduales. “Aunque la mayoría de arrendamientos se cierran en junio o julio, también se ofertó alguna vivienda en agosto”, explican desde la agencia. Los atrasos consensuados en la entrega de la vivienda al propietario “con motivo de los exámenes de recuperación que alargan el curso escolar a julio” y la liberación de viviendas de uso turístico llegado el final del verano, son los motivos que impulsan la aparición aislada de algún piso en el mes de agosto.

Así, el problema principal al que se enfrentan las inmobiliarias es que la oferta de viviendas destinadas a universitarios ha menguado notablemente y el mismo mensaje se repite de agencia en agencia: “si hubiésemos tenido más pisos, más hubiésemos alquilado, la oferta se nos ha quedado corta”. Se trata de una tendencia que viene repitiéndose años tras año en la ciudad del Lérez, pero que este 2021 en particular se ha visto realzada. “Hemos notado incluso más demanda que en 2020, principalmente por la vuelta a la presencialidad de los cursos universitarios”, apuntan desde Inmobiliaria Bolboreta. El pasado curso, la incertidumbre causada por la COVID-19 y la implantación de la teledocencia ante los rebotes, desmotivó a los jóvenes a la hora de decidirse a alquilar, y un buen número optó por los desplazamientos en tren o autobús del domicilio al centro de estudios.

Si hubiésemos tenido más pisos, más hubiésemos alquilado, la oferta se nos ha quedado corta

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Otra de las razones que puede estar detrás de la reducida oferta de inmuebles para estudiantes la constituyen las viviendas de uso turístico. Desde Inmobiliaria Michelena, donde la cartera de pisos ascendió a doce este verano, apuntan a una nueva inclinación de los propietarios “a seguir apostando por los inmuebles turísticos también en los meses de invierno”. La mayor independencia y privacidad, así como el precio competitivo que ofrecen, motivan a los visitantes a optar por este tipo de pisos en lugar de por los tradicionales hoteles, suponiendo una oportunidad de negocio para los propietarios que apuestan con fuerza por el turismo en detrimento de los universitarios.

A pesar de la elevada demanda que caracteriza al mercado inmobiliario pontevedrés, el precio de los arrendamientos para estudiantes se mantienen sin variaciones destacables con respecto al año pasado. En Inmobiliaria Bolboreta indican que “el precio medio por habitación ronda los 200 euros”, mientras que en Pontehabitat apuntan a que el valor depende en gran medida de los metros cuadrados de los que disponga el piso. De esta forma, la agencia explica que alquila “pisos de tres dormitorios por valor de 600 euros, y otros de cuatro que asciende hasta los 800 euros”.

Otra de las variables que más miran los estudiantes a la hora de decantarse por uno u otro inmueble es la ubicación. En Pontevedra, el centro urbano de la ciudad, así como la zona monumental, son dos de las áreas más demandadas para vivir por los jóvenes. Por facultades, los estudiantes del campus universitario de A Xunqueira prefieren la proximidad de la calle Cruz Roja y sus alrededores, mientras que para los universitarios de Belas Artes la localización más deseada es la calle Marqués de Riestra.

La Residencia de Estudiantes Afundación completa sus 120 plazas para el curso 2020-21

La Residencia de Estudiantes Afundación de Pontevedra cuelga el cartel de completo a su oferta de plazas para el próximo curso académico 2020-2021. El período de matriculación, que se abrió el pasado 1 de mayo, cerró sus inscripciones en junio, al haber completado todas las habitaciones disponibles en apenas dos meses. Las instalaciones de Afundación cuentan este año con hasta 120 plazas que ya ha sido totalmente cubiertas, dando inicio en la jornada de hoy al curso académico, que se extenderá hasta el próximo 1 de junio.

Óscar Álvarez, coordinador de la institución residencial, explica que “actualmente los jóvenes que no han conseguido habitación permanecen en lista de espera”, la cual ronda en la cifra “de unas 50 personas inscritas”. Sin embargo, Álvarez entiende que es cuestión de días que esta relación de estudiantes se reduzca; pues “los jóvenes se descantarán por otras opciones, como pisos o desplazamientos en tren”. “La lista de espera se movió mucho en el mes de julio, cuando las universidades publicaron las relaciones de admitidos, y algunos de los estudiantes con plaza residencial abandonaron la instalación al no entrar en su carrera”, indicó Óscar. Pero, ahora, con las matriculaciones de los grados completamente cerradas, cree que sólo se liberarán “plazas aisladas”, motivadas por renuncias a las carreras elegidas o por cambios de última hora a pisos de alquiler.

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