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Hostelería y vecinos de Marín encaran con desmoralización la entrada en el nivel alto

Consideran que solo es su sector el objetivo de todas las restricciones | La alcaldesa María Ramallo, en cuarentena preventiva, insta a “ayudar todos para frenar esta ola”

Una terraza de hostelería ayer en el centro de Marín. // RAFA VÁZQUEZ

Marín se prepara para entrar esta medianoche en el nivel de restricciones alto después de varias semanas con un incremento de casos que le ha llevado a una tasa media de 250 positivos por cada 100.000 habitantes. Las cifras hablan por sí solas: 37 contagiados en una semana y 60 en una quincena. Actualmente son 62 los enfermos activos en el municipio.

Este nuevo empeoramiento ha provocado un desánimo general, tanto en la población como en el sector hostelero, siempre el más afectado por las restricciones de la pandemia. Desde las 00 horas de mañana viernes ya no pueden servir en interior y en terraza solo al 50%.

“Seguiré trabajando desde casa estos días a la espera de seguir realizando pruebas”

María Ramallo - Alcaldesa de Marín

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La propia alcaldesa de Marín, María Ramallo, anunció ayer que ella y toda su familiar iniciaban una cuarentena obligatoria después de que uno de sus hijos diese positivo en un test de saliva.

La popular aseguró que el resultado del menor se lo comunicaron a última hora de la mañana de ayer y que “permanecemos todos sin síntomas y tomando las medidas de precaución que son necesarias”.

“Seguiré trabajando desde casa estos días a la espera de seguir realizando pruebas”, dijo.

Aumento de la movilidad

El empeoramiento de Marín, al igual que el del área general, ha tenido lugar después de la Semana Santa.

Aunque la regidora local descarta que se deba a esos días de vacaciones la situación actual, sí reconoce que son fechas en los que “se produce un aumento de movilidad y de actividad social” y, por tanto, más riesgo de contagio.

En todo caso, ha querido enviar un mensaje de apoyo y ánimo a la hostelería, “la gran afectada por los cambios de las medidas”.

En este sentido, consideró que “en términos generales, está cumpliendo bien las restricciones y obligaciones”.

Por ello, instó a los consumidores a seguir cumpliendo con las medidas restrictivas, “tanto en las terrazas como en los comercios y otros establecimientos”.

Pesimismo general

Sin embargo, ya no hay buenas palabras, ni siquiera de ánimo, que logren insuflar optimismo al sector hostelero.

Consideran que son siempre, e injustamente, el objetivo de todas las restricciones.

Fiti Riobó, una de las socias del bar cafetería “Carballinés”, lo tiene claro: “La cuestión de los niveles solo afecta a la hostelería. Cuando pensamos que podemos salir adelante, volvemos atrás. Somos mi socia y yo y no somos capaces de recuperar del ERTE a los empleados. De este modo solo podemos trabajar nosotras dos, desde las 7 de la mañana hasta las diez de la noche”, se lamenta.

 Y eso que su local es de los que de más terraza dispone, pero tal y como afirma la hostelera, “dependemos mucho del tiempo y además solo podremos poner nueve mesas fuera con todo el espacio que tenemos para poder instalar una terraza con toda la seguridad”.

De igual modo, Mariana Delgado, encargada del “Bar Lelé”, indica que se avecinan días difíciles, ya que este local solo cuenta con dos mesas en interior. “Nuestro aforo ya es bajo de por sí, y aún encima con el 50% en exterior... es todo muy complicado”, afirma.

Una mujer se somete al cribado que comenzó ayer en Marín. | // GUSTAVO SANTOS

Cansancio

Pero no solo los responsables de los negocios se sienten abatidos con la entrada de Marín en el nivel alto y la pandemia en general. También la ciudadanía acusa ya ese conocido como cansancio COVID.

Carmen Villanueva, vecina del municipio, reconoce que le preocupa “la irresponsabilidad de alguna gente”. “Las medidas están muy claras y son las que son y hay que cumplirlas. De este modo, la hostelería no puede ni siquiera hacer previsión de las compras que necesita para la atención al público”, asegura.

También Ricardo Graña, otro vecino de Marín, lamenta que “la hostelería siempre paga las consecuencias de todo esto”. “Hay otros lugares que no son tan castigados, mismamente el transporte y donde no todo el mundo respeta”, señala.

“Lo que no puede ser es que no haya controles en otros sectores o, por ejemplo, a la salida de los colegios”, añade.

Por su parte, José Ramón Pesqueira recuerda que “hay que seguir cuidándose” e insta a las autoridades sanitarias a rastrear de dónde vienen los numerosos casos en la villa, así como los últimos brotes detectados.

Cribado poblacional

Precisamente con ese fin, en Marín comenzó ayer un cribado poblacional de tres días a los vecinos de entre 50 y 64 años, citados en el pabellón de A Raña. Son alrededor de 4.700 personas en el municipio.

La alcaldesa insistió en la importancia de que se presenten todos los citados “porque la única manera de adelantarnos al virus es hacer pruebas, cuantas más mejor”.

De hecho, lamentó que de los 600 citados el primer día solo acudiesen 360, es decir, seis de cada diez convocados.

Al cribado poblacional en Marín están convocadas 4.700 personas de 50 a 64 años

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“Necesitamos más que nunca ayudar todos a frenar esta nueva ola de contagios”, pidió Ramallo.

Asimismo, Ramallo recomendó a la población que lleve a sus hijos de 12 a 17 años a realizarse el test de saliva gratuito en las farmacias “porque facilita un diagnóstico rápido, cómodo y eficaz”.

“A raíz de los resultados detectados en esas franjas de edad se extenderá un cribado general a todos los centros educativos de Marín con prueba PCR”, anunció.

Buena parte de los positivos del municipio han resultado del cribado llevado a cabo en el Colegio La Inmaculada, que actualmente tiene 15 casos y un aula cerrada.

“Lo que se están detectando son fundamentalmente brotes familiares y en el entorno laboral, por eso es tan relevante identificar asintomáticos”, recalca la alcaldesa.

La presión hospitalaria empeora con 30 ingresados, 6 en UCI

Si la situación de Marín es mala, la del conjunto del área sanitaria tampoco es especialmente buena. Con una positividad a siete días del 2,73%, tiene activos 452 casos.

La principal preocupación es que la presión hospitalaria ha empeorado notablemente, con 30 personas ingresadas, 24 en planta (18 en el Hospital Montecelo y seis en el de O Salnés) y seis pacientes en unidades de críticos.

El municipio de la comarca con más casos es el capitalino, con 83, seguido del de Marín, con 62.

Sanxenxo y Poio cuentan con 26 y 20, respectivamente.

Especialmente preocupante es la situación en la comarca do Salnés y es en O Grove en el municipio en el que las autoridades tienen puesto el foco.


Hostelería y vecinos de Marín encaran con desmoralización la entrada en el nivel alto

"Cuando pensamos que podemos salir, volvemos atrás. Ahora solo somos mi socia y yo y no somos capaces de recuperar del ERTE a los empleados"

Fiti Riobó - Bar cafetería Carballinés

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Hostelería y vecinos de Marín encaran con desmoralización la entrada en el nivel alto

"Nuestro aforo dentro ya es bajo de por sí con solo dos mesas, y aún encima con el 50% en el exterior... es todo muy complicado"

Mariana Delgado - Bar Lelé

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Hostelería y vecinos de Marín encaran con desmoralización la entrada en el nivel alto

"La hostelería siempre paga las consecuencias de todo esto. Hay otros lugares que no son tan castigados"

Ricardo Graña - Vecino de Marín

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Hostelería y vecinos de Marín encaran con desmoralización la entrada en el nivel alto

"Me preocupa la irresponsabilidad de la gente; las medidas son muy claras y son las que son y hay que cumplirlas"

Carmen Villanueva - Vecina de Marín

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Hostelería y vecinos de Marín encaran con desmoralización la entrada en el nivel alto

"Hay que seguir cuidándose. Lo que deben hacer las autoridades es rastrear a ver de dónde vienen los casos y brotes"

José Ramón Pesqueira - Vecino de Marín

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