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Activados para resistir al frío polar con o sin techo

Uno de los hombres que duerme cada noche junto a unas instalaciones deportivas de Pontevedra. | // RAFA VÁZQUEZ

Invierno muy duro para vivir y, sobre todo, dormir en la calle. A la pandemia del COVID se suma ahora el frío polar que desde hace unos días afecta también a Pontevedra. Se espera que las próximas jornadas continúe, con temperaturas mínimas que rondarán en el municipio los 2 ó 3 grados centígrados, según Meteogalicia, pero que dejarán una sensación térmica, debido al viento, de bajo cero.

Desde principios del mes de diciembre, como ya es habitual, el Concello de Pontevedra activó el protocolo por frío para personas de la calle, que se centra, especialmente, en la gestión de las plazas en los albergues para los “sin techo” con su ampliación a través de un convenio con un establecimiento privado. La idea es que “nadie tenga que pasar estas gélidas noches en la calle”, tal y como asegura el concelleiro de Benestar Social, Marcos Rey.

De forma habitual hay disponibles 34 plazas en los albergues. En el de San Javier, de Cáritas, en Monte Porreiro, hay 22, mientras que en el de Calor y Café, en la calle Casimiro Gómez, se ofrecen una docena.

Suelen ser suficientes para cubrir las necesidades de la gente de la calle que permanece o se mueve en el municipio capitalino, ya que no todos ellos optan por hacer uso de estas instalaciones ni siquiera en el invierno.

Sin embargo, debido a la pandemia del COVID sus capacidades han tenido que ser ajustadas a la mitad de plazas. Para que nadie se quede sin poder dormir bajo techo, Benestar Social activa el convenio con un hostal de la ciudad todos los inviernos, y este todavía con más motivo.

El socialista Marcos Rey constata que el protocolo ya lleva un mes activado, “coincidiendo con el inicio de esta bajada progresiva de temperaturas” y en previsión de que “debido a las restricciones de aforo a las que obliga la pandemia” la demanda pudiese superar la oferta de plazas.

De hecho, Rey confirma que ya ha habido varios días en los que los albergues se llenaron y se echó mano de estas plazas en el establecimiento privado.

El más demandado

Pero no todos los transeúntes deciden dormir bajo techo. “No siempre se ocupan las camas”, asegura, por su parte, Víctor Rey, director de Calor y Café, el más céntrico de los albergues en la ciudad y, por tanto, el más demandado.

Lleva una década está al frente de unas instalaciones que funcionan desde hace 16 años y que cuentan con camas para dormir bajo techo, zona de aseo y ofrecen cena y desayuno.

“Este, efectivamente, es un invierno inusual, porque además del mal tiempo propio de la estación hay que tener en cuenta al coronavirus y las medidas preventivas que esto supone”, recuerda.

“En estas noches que ya fueron muy frías sí se llenaron las seis plazas que podemos ofrecer ahora, pero también puede ocurrir que no, porque para poder pernoctar aquí hay que cumplir unas normas imprescindibles para la convivencia y no todo el mundo está dispuesto a ello: horario, higiene y, ahora, uso de mascarilla”, resume.

La hora de entrada es de 20.45 a 22 de la noche y alrededor de las 9 de la mañana deben levantarse.

Calor y Café es el resultado del esfuerzo de una veintena de voluntarios, cifra que ha bajado respecto a otros años por la pandemia, ya que muchos de ellos son mujeres de riesgo por su edad.

Por otro lado, el Concello cuenta también con la colaboración de Cruz Vermella, que con su programa “Sen teito” ofrece en horario nocturno, y a través de sus voluntarios, información a la gente de la calle sobre los albergues, además de repartir bebidas calientes, bocadillos, mantas y prendas de abrigo.

Activados para resistir al frío polar con o sin techo

Cambia el perfil hombre de clase media y más de 40 años

Hace ya tres años que la asociación Rexurdir Provincial abrió su centro de día en las inmediaciones del puente de A Barca, en la Rúa do Cruceiro, una inauguración no exenta de polémica por la oposición de algunos vecinos y negocios de la zona. Sin embargo, si algo ha caracterizado desde entonces al funcionamiento de este centro ha sido la ausencia de conflictos o problemas.

Como un centro de día para la gente de la calle o sin recurso, el local ofrece desayunos y meriendas y cuenta con aseos y duchas adaptadas, lavandería, servicio de ropero, salas de estar y despachos para asesoramiento legal y aulas, entre otros.

Otros programas que la asociación tiene en marcha son el de reparto de preservativos e intercambio de jeringuillas, una iniciativa para evitar el contagio de enfermedades como el Sida o la Hepatitis C.

La pandemia también se ha dejado notar en el volumen de usuarios. Tal y como explica el psicólogo del centro, “hemos pasado de una media de 35 usuarios al día a 55”. Y es que la crisis sanitaria y los ERE y ERTE derivados de ella han provocado un cambio en el perfil de las personas que se acercan por estas instalaciones, por lo que cada vez hay más gente de la llamada clase media que ha perdido sus empleos y que tiene más de 40 años, por lo que el mercado laboral, y ahora más que nunca, les cierra las puertas. Son, la mayoría, hombres.

Es por ello que en Rexurdir Provincial les ayudan en la búsqueda de empleo orientándoles en la redacción de su curriculum vitae, en la inscripción en las ofertas de trabajo y ofreciéndoles asesoramiento jurídico gratuito.

Aforo reducido

La pandemia obliga a que el aforo habitual en el centro se reduzca a la mitad. Nunca van a coincidir más de 20 personas a la vez en su interior.

Abogada, psicólogo e integrador social, además de personal de limpieza y voluntarios, conforman este centro de día.

Nuevo albergue de Cáritas, en pleno centro, para 2022

Cáritas de Pontevedra contará con un nuevo albergue para transeúntes que está previsto que se inaugure en el año 2022. Tendrá plazas para 26 personas, 20 hombres y seis mujeres, y contará también con sala de estar, un pequeño banco de alimentos y zona de día para los servicios de calor y café. Esta nueva instalación sustituirá la que la organización católica tiene en funcionamiento en Monte Porreiro y llevará el mismo nombre de San Javier.

La primera fase de las obras, valoradas en 543.000 euros, comenzó el pasado mes de noviembre. Las instalaciones incluirán un centro de formación, que se realizaría en la segunda fase. Para ésta, que rondará los 250.000 euros, Cáritas pidió públicamente la colaboración de los ciudadanos pontevedreses. “Si el pueblo de Pontevedra y sus instituciones ponen una mitad, nosotros nos comprometemos a poner la otra”, dijo director diocesano de Cáritas, Anuncio Mouriño en la presentación del proyecto.

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