Se acercan las navidades más especiales de los últimos tiempos. Unos días para estar, más que nunca, en el hogar, con la familia más próxima. Un tiempo de alegría para intentar suplir la tristeza que nos deja este 2020. Son muchos los pontevedreses que quieren alegrar las calles y a sus vecinos más que nunca y se lanzan a sus balcones y fachadas para poner un toque de luz y de color a estos días.
Marga González es una de esos elfos y es conocida en su barrio por llevar la Navidad a Monte Porreiro. Desde hace 20 años decora todo el exterior de su casa al más puro estilo estadounidense, tanto que ha perdido la cuenta de cuántos elementos tiene en su colección. “Vivo mucho la Navidad y en las horas libres voy montando todo poco a poco”. Y es que la tarea requiere de mucha precisión y le lleva un mes. “¡No sumo las horas! Hay que ir sujetando todo muy bien con bridas, alcayatas… son detalles muy minuciosos”, explica.
“Vivo mucho la Navidad y en las horas libres voy montando todo poco a poco”
Esta vecina monta y desmonta todo cada año con mucha ilusión, a excepción de una guirnalda de luce que tiene fija rodeando el tejado. Además es un trabajo continuo ya que explica que “hay que ir reparando cosas de un año a otro y comprando otras nuevas porque se estropean”.
No sabría ni calcular cuántas luces pone, “son muchísimos elementos, los balcones, la entrada de la puerta de abajo más todo el jardín y la fachada”, explica, y es que a los que no tienen luz, ella se la añade mientras presume de los vecinos que llegan para hacerse fotos y vídeos.
Ivede Lerna tiene el balcón más llamativo de Sanxenxo, con una cristalera forrada con papel simulando la noche de Navidad, un árbol y otros tantos adornos llamativos. “Decoramos mucho cada año, intentando cambiar un poco, pero este año aún más, porque lo merece”.
“Nos gusta mucho la Navidad y es lo que más extrañamos de nuestro país”, asume esta colombiana que señala que echa en falta las celebraciones en la calle con música.
Además comienzan a decorar bien pronto, el 1 de diciembre ya ponen las luces. “Diciembre es el mes de la alegría, de la fraternidad, la familia, y nos alegra el corazón pese a las circunstancias y a que falte tanta gente. Este año nos hace aún más falta esa alegría para estar en familia, los que podamos estar, porque ya nos tocará celebrar de otra manera”, resume Lerna sobre estas celebraciones tan especiales.
“Diciembre es el mes de la alegría, de la fraternidad, la familia, y nos alegra el corazón pese a las circunstancias y a que falte tanta gente"
Este año no podrá viajar a Colombia por la pandemia, pero promete hacer los típicos buñuelos y natillas. “El 24 cenaremos en casa los convivientes y si nos dejan seremos alguno más. En fin de año me gustaría viajar a Madrid, donde viven mi hija y mis nietos”, explica esta vecina de Sanxenxo. Debido a la situación económica Lerna ha arrimado el hombro para acoger en su casa a algunos allegados que lo están pasando mal económicamente, como su sobrino o una amiga de la infancia. “Algunos se quedaron sin trabajo, así que intentamos ayudarnos entre todos”, comenta encarnando los valores de la Navidad.
Tampoco faltan a la cita el bloque de edificios del comienzo de la calle Arzobispo Malvar, que ya alegraron el confinamiento de la pasada primavera con su música que llenaba de alegría y animación esta zona de la ciudad del Lérez.