Que tenemos que aprender a vivir con la mascarilla es un hecho. El pasado domingo el Ministerio de Sanidad anunciaba que se regulará el uso obligatorio de las mismas en los espacios públicos (hasta ahora solo eran obligatorias en el transporte público), y aunque aún no se conoce cómo será la legislación, queda claro que las mascarillas han llegado para quedarse, al menos por el momento. Ese trozo de tela que nos protege, nos tapa la mitad de la cara, así que puestos a llevarlas mejor que sean bonitas, alegres, que digan algo de nosotros y nuestro estilo o que combinen con la ropa.
En un simple paseo por calles de Pontevedra vemos cada vez más estilos y diseños: étnicos, con estampados, con ilustraciones o con un toque especial, hay cabida para todo. Este artículo de protección se ha convertido en accesorio, un cambio que las costureras han visto desde hace unas semanas, porque el diseño importa cada vez más. "Las hago con estampados de tela, y me piden mucho que sean coloridas y alegres: con lunares, estampados frutales o de flores, porque ya que hay que ponerlas, por lo menos que vayan al gusto", cuanta la costurera Dori Pazos. "Hay quien me hizo un pedido hace un mes y vuelve a repetir porque quiere más modelos y compran cuatro o cinco para poder ir variando". Los más pequeños también quieren cambiar y arrasan las de personajes de Disney, princesas, superhéroes, corazones o animales. Por ello particulares y empresas ofrecen cada vez diseños más personalizados teniendo la opción incluso de bordar el nombre.
