Luces, pancartas, música y, especialmente, ganas de disfrutar unos minutos en compañía. Son los ingredientes de buena vecindad en la calle Arzobispo Malvar, cuyos residentes celebran a diario con una verbena su confinamiento, es decir su contribución a la lucha contra la epidemia.

Los vecinos del tramo final de la calle, entre Galera y la plaza del Muelle, han adornado sus balcones y salen "todos los días a aplaudir a las ocho en punto", explica Fernando Lubiáns, uno de los residentes, "y después se pone música durante media hora".

La idea fue del hostelero Ramón Pedras, "Petete", y "nos animamos el resto de los vecinos porque realmente es un momento de liberación de las noticias".

En estas verbenas especiales se admiten peticiones musicales y de hecho los residentes tienen un grupo de WhatsApp en el que se mantienen al día de las preferencias, pero sobre todo se busca estar al tanto de las potenciales necesidades de los vecinos, especialmente los mayores.

"El pasado domingo celebramos el cumpleaños de un niño y le cantamos", añade Fernando Lubiáns, uno de los que valora que "al menos todos los días se ve este punto de unión y de ilusión".

En los edificios que participan en estas pequeñas fiestas residen vecinos de perfiles muy diversos, desde parejas jóvenes a familias y mayores.

Especialmente, preocupan los mayores, "si no salen a la ventana o si les falta algo en casa y necesitan compra, porque el objetivo prioritario es que ellos salgan lo menos posible". Es esta población vulnerable que casi no pisa la calle la que más valora este respiro diario, que se suma a otras iniciativas puestas en marchas en distintos puntos de la ciudad animando a quedarse en casa.