Fiscalía y acusación particular pidieron una petición de condena de 13 años y medio de presión a un pontevedrés como autor de un delito continuado de violación a una mujer incapaz cometido, presuntamente, en Pontevedra en la noche del 6 al 7 de mayo de 2017. La fiscal entiende la víctima se encontraba en una situación de "desprotección" debido a la enfermedad que padece, una esquizofrenia que provoca una inestabilidad en emociones y en conductas. Desde la defensa, piden la absolución del acusado al considerar que no quedó acreditada la violencia y que las relaciones sexuales "fueron consentidas".

El presunto violador se sentó esta mañana en el banquillo de la Sección Cuarta de la Audiencia de Pontevedra. Desde Fiscalía y la acusación particular defendieron que la víctima de la agresión es una persona especialmente vulnerable debido a que padece esquizofrenia y un trastorno de inestabilidad emocional límite que provocó que en 2007 un juzgado de Pontevedra la declarase absolutamente incapaz de regir su persona y administrar sus bienes.

La enfermedad le produce alteraciones de la afectividad, voluntad, pérdida de la iniciativa y pensamiento desorganizado, que fue señalado en el juicio por una trabajadora del servicio de psiquiatría de Pontevedra y por el informe pericial de la médica forense. "Su capacidad para prestar un consentimiento, en cualquier circunstancia de su vida, está influida por su enfermedad", indicó la fiscal en sus conclusiones.

Aún así, en la noche del 6 al 7 de mayo de 2017, el acusado habría facilitado bebidas alcohólicas a esta mujer que comenzó a sentirse indispuesta y "dejó de ser plenamente consciente de las decisiones que tomaba", según Fiscalía. Asegura que el acusado aprovechó esta circunstancia y las limitaciones que padece por su enfermedad para llevarla a la plaza de A Ferrería de Pontevedra. Tirándole por el bolso, la subió a rastras a la parte alta de las escaleras de la Iglesia de San Francisco, "en verdadera situación de inferioridad y del acusa se aprovechó de esa superioridad no solo para conseguir su consentimiento a pesar de su enfermedad, sino para forzarla para mantener relaciones sexuales", aseguró el abogado de la acusación particular.

Además, desde Fiscalía y acusación particular, entienden que hubo "continuidad delictiva" ya que supuestamente el acusado la conminó a vestirse y la condujo hasta el aparcamiento de Barcelos, de nuevo tirándole por el bolso que acabó rompiendo. Una vez dentro del aparcamiento, la introdujo en una habituación del conducto de ventilación y allí de nuevo la violó, presuntamente. La víctima sufrió lesiones en el muslo, pómulo izquierdo y en la nariz.

Desde la abogada del acusado centró su defensa que la incapacidad de la víctima "no es manifiesta a simple vista ya que ninguno de los testigos en la noche de los hechos le advirtieron sobre su incapacidad" y que las relaciones sexuales habrían sido consentidas. Además, encuentra contradicciones en la declaración de la víctima y de los testimonios presentados en el juicio por lo que pide la absolución para su representado.