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Sari Arponen: "Nuestro estilo de vida aumenta todas las tasas de enfermedades crónicas no infecciosas"

El colectivo de pacientes ASEII y Nutribiótica celebrarán un encuentro sobre "O universo da microbiota"

Sari Arponen, médico del Hospital Universitario de Torrejón. // FdV

El Pazo da Cultura será escenario el próximo día 8 de "O universo da microbiota", un encuentro científico que convocan la Asociación Socio Sanitaria Enfermedad Inflamatoria Intestinal (ASEE) y la empresa Nutribiótica y en el que tomará parte la médico Sari Arponen. Ésta dedicará su intervención a este superorganismo humano, la microbiota, "que siempre ha estado ahí", recuerda, "pero podemos decir que es nuevo porque es ahora en los últimos años cuando se le está dando la importancia que tiene como uno de los componentes fundamentales de la salud".

- ¿Es cierto que las bacterias intestinales se vinculan a problemas de salud tan extendidos como la obesidad?

-Realmente podría considerarse que las alteraciones de la microbiota, es decir un desequilibrio en la microbiota, sucede en cualquier patología crónica hoy en día, y la obesidad es una de ellas, como el síndrome metabólico o la diabetes. Incluso en la arterioesclerosis o en los infartos, en todas esas patologías se ha visto que hay alteraciones de la microbiota.

- En su conferencia en Pontevedra se referirá en concreto a la relación de la microbiota con las enfermedades inflamatorias intestinales?

-Como esa charla se dirige fundamentalmente a la población en general, pacientes y sus familiares, hablaré en general de lo que es la microbiota, de qué se compone, cómo se configura y, en especial, todo lo que se relaciona con la microbiota y las patologías gastrointestinales, fundamentalmente la enfermedad inflamatoria intestinal.

- ¿Qué podemos hacer para conservar una microbiota intestinal saludable?

-Una de las medidas más importantes desde luego es la alimentación. Se ha visto que en la mayoría de esas patologías que están relacionadas con los desequilibrios en la microbiota. Se relacionan con el tipo de alimentación que se ha llamado occidental, con un exceso de azúcares, hidratos de carbonos refinados, gasas industriales y falta de fibras procedentes de frutas y verduras, grasas saludables y otros micronutrientes. Ese tipo de alimentación hace que se desequilibre la microbiota y está detrás de muchas patologías. Pero la alimentación no es lo único, hoy en día el estilo de vida que tenemos con el estrés, descanso nocturno inadecuado, falta de ejercicio físico y sedentarismo, falta de exposición al medio natural, todo eso son factores que hacen que se altere la microbiota.

- En los últimos años se ponen en cuestión recomendaciones como la de comer 5 veces al día o una pirámide nutricional que incluye en su base a los carbohidratos

-La verdad es que en el terreno de la alimentación habría bastante que hacer. Ya se ha visto que comer ultraprocesados más de 4 veces a la semana genera patología. También en algunos países se está cambiando la pirámide porque tener los cereales y en general todo lo que son alimentos feculentos en la base de la pirámide nutricional no tiene mucho que ver con el sentido evolutivo. En muchos casos lo que hay es exceso de aporte calórico por un lado y por otro falta de micronutrientes. Y luego do de la ingesta es que realmente el ser humano en su historia evolutiva nunca ha comido 5 o 6 veces al día, ya no en la Prehistoria sino incluso nuestros abuelos no comían cinco veces al día, desayunaban, se iban a trabajar al campo, comían en el almuerzo y cenaban.

- ¿Es acertado afirmar que el aparato digestivo es un órgano neurológico?

-Se ha hablado mucho del intestino como el segundo cerebro porque por un lado es verdad que hay neuronas propias en el tuvo digestivo, en el intestino, que son fundamentales para que funcione bien, y por otro lado también podríamos decir que es incluso un tercer cerebro, porque la propia microbiota que tenemos sobre todo en el intestino es capaz de fabricar neutransmisores. Aunque éstos no tengan efectos en el cerebro porque muchos de ellos no llegan al cerebro, si que pueden modular cosas. Por otro lado, muchas de las sustancias que fabrican los microorganismos que están en la microbiota intestinal pueden hacer que, por ejemplo, haya un ambiente inflamatorio que puede afectar al cerebro y generar un espacio ansioso-depresivo.

Influencia en el cerebro

- ¿Funcionan entonces el estómago y el intestino como un segundo cerebro?

-Si, podría ser considerado un segundo cerebro. Evidentemente le falta el componente de voluntariedad o de control por nuestra parte, no lo podemos controlar con los pensamientos pero si que tiene una influencia importante en la salud en general.

- ¿También conecta la microbiótica con nuestra salud mental? ¿Influye en enfermedades como la depresión?

-Si, se ha visto que en enfermedades como la depresión y en otras dolencias, sean neurológicas o consideradas psiquiátricas, hay alteraciones de la microbiota. Y se sabe que a menudo en la depresión puede haber un componente inflamatorio y tiene mucho que ver con el estado de la microbiota intestinal, por la fabricación de sustancias que señalizan al cerebro o por las conexiones directas, sobre todo a través del nervio vago, que es un nervio del sistema nervioso autónomo que conecta directamente el tuvo digestivo con el cerebro.

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