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Una vía abandonada en 2013 y aún sin aprovechamiento

La nueva conexión ferroviaria del Eje Atlántico entró en servicio en su totalidad en abril de 2015, pero algunos tramos ya estaban en uso tiempo antes. Es el caso del recorrido entre Pontesampaio y Pontevedra, en funcionamiento desde el verano de 2013. Este trazado de alta capacidad discurre casi el paralelo a las vías viejas, que cumplan seis años sin aprovechamiento alguno.

Esos diez kilómetros entre Pontevedra y Arcade abandonados en 2013 acumulan maleza y deterioro sin que sirvan para usos ferroviarios ni para su conversión en "vía verde". Cada vez que se plantea este asunto al Ministerio de Fomento, este departamento cierra la puerta a la ejecución de esta demanda histórica al reiterar que este trazado ferroviario no puede ser desafectado como tal y, por tanto, su cesión para uso peatonal y ciclista nunca es posible.

Ninguna de las promesas de los sucesivos ministros y altos cargos -la última de ellas por parte de la subdelegada del Gobierno, Maica Larriba- se han cumplido. Según se desveló hace unos meses en el Congreso, la pretendida "vía verde" presenta "algunos problemas técnicos que tienen que ver con el tramo de Arcade a Pontevedra", y ya "el pasado mes de diciembre el Ministerio de Fomento informó al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) de que no es posible la desafectación de este tramo, debido a que en la planificación se contemplaba la reutilización de esta línea en el caso de cambio de ancho del eje atlántico de alta velocidad".

Se planteaba entonces una remota posibilidad: "Como no es posible determinar las fechas de su posible reutilización por el servicio ferroviario, se permite a Adif que analice la posibilidad de efectuar una concesión administrativa del tramo a los ayuntamientos u otra fórmula similar, siempre y cuando sea posible recuperar la infraestructura ferroviaria para su uso si así fuera necesario".

Pero esta opción obligaría a prever la recolocación de las vías, como alerta Adif, una solución que ningún concello aceptaría. De hecho, Fomento admite que la cesión sería imposible "salvo que los ayuntamientos estuvieran en disposición de deslindar ambas líneas (la vieja y la actual) y construir cerramientos de separación, con los condicionantes técnicos y de seguridad que les puede exigir Adif.

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