El director de la Estación de Hidrobioloxía de la Universidade de Santiago, Fernando Cobo, disertó en Ponte Caldelas sobre los efectos en los ríos de los trasvases, la derivación del agua desde una cuenca o subcuenca a otra, una medida en la que España es una entusiasta. "Somos paradigmáticos en eso de los trasvases", señala el profesor de Zoobiología y Antropología Física, "basta pensar en el del Tajo-Segura o en la polémica del Ebro, son ejemplos típicos, y tienen mayor o menor gravedad dependiendo de la distancia a la que se trasvase el agua y de las diferencias biológicas, climáticas o ambientales entre cuencas".

- ¿Qué efectos ambientales produce un trasvase?

-Dependen fundamentalmente en primer lugar de la cantidad de agua que se va a detraer, el régimen hidrológico de los ríos es el componente más importante a la hora de que los organismos que viven ahí sincronicen sus ciclos vitales y la cantidad de agua es importante para el número de individuos de las poblaciones. Si reducimos la cantidad de agua estamos reduciendo el hábitat disponible, la superficie mojada del cauce, y algunas partes de este hábitat pueden ser muy importantes, por ejemplo para la reproducción, y podemos estarlas eliminando y provocando la desaparición de una especie, y además el momento en el que se trasvasa el agua suele ser cuando hay déficit, en periodos de sequía, que es precisamente cuando es más importante desde el punto de vista biológico. Esta extemporaneidad, esta pérdida de agua en el momento en que es más necesaria, altera significativa las poblaciones no solo en el punto de trasvase sino aguas abajo. Y a mayores hay muchos efectos más.

- ¿Lo que generan los trasvases son básicamente problemas?

-Si, claro, por supuesto, los trasvases normalmente están contemplados para llevar agua de un sitio donde teóricamente sobra el agua a un sitio donde es necesaria. El problema es que normalmente se hacen para cubrir necesidades que no han sido bien planificadas, se usan para cubrir excesos en el consumo que no han sido programados con una política de ahorro o de gestión, excesos bien para consumo de la población, industrial o agrícolas. Normalmente los suelos que están utilizados más intensamente para agricultura de regadío están en zonas que de manera natural son deficitarias de agua, siempre son errores de una incorrecta planificación del agua.

- En las últimas semanas se han realizado declaraciones del tipo: "En el Verdugo el agua sobra?" ¿El agua en un río en algún momento sobra?

-No, jamás, nunca (sonríe) es como si le dicen que el oxígeno de la atmósfera sobra, pues no, el agua no sobra como no sobra el aire, el agua del río está en sus ritmos dentro de un ciclo global, ritmos de incremento o disminución de cantidad sincronizados con todos los ciclos vitales de los organismos vivos y así está sucediendo desde hace millones de años, es el engranaje de la naturaleza, nunca sobra el agua.

- ¿Es otra ocurrencia decir que "el agua se pierde en el mar"?

-Una verdadera barbaridad que solo los que ignoran absolutamente todo sobre la biología pueden afirmar.

- ¿Es de esperar que un hipotético trasvase desde el Verdugo genere todos estos problemas de los que ha hablado?

-Los generará en la proporción del trasvase, todo esto es proporcional, no es lo mismo un trasvase del Ebro a la cuenca de Murcia que otro del Verdugo a Eiras, al Oitavén, que son dos ríos dentro de la misma cuenca, con lo cual no vamos a tener problemas de traslocación de especies de un área geográfica a otra porque están conectados ya el Verdugo y el Oitavén al formar parte de la misma cuenca. Esos problemas no los vamos a tener pero sí vamos a tener problemas importantes a partir del punto del trasvase por el detraimiento de agua que se le hace al Verdugo y en un momento en el que necesita esa agua de manera importante, porque perdemos conexión entre las partes altas y bajas del río y esto implica que los organismos no pueden distribuirse de manera natural para realizar las funciones del ciclo, para reproducirse, alimentarse, encontrar refugio etc. Tenemos también que la disminución de agua incrementa otros parámetros, como la temperatura, perdemos dilución de compuestos con lo que se concentrarán más los contaminantes y todo esto va a tener un efecto en el Verdugo.

- Apunta a la importante pérdida de calidad del agua al trasladarla al embalse de Eiras

-Es otro problema: el agua la llevamos a un embalse, que es el de Eiras, en donde el propio embalse por sus características genera una pérdida importante de calidad del agua, es decir sacamos un agua de buena calidad o calidad aceptable en el Verdugo y la llevamos a un embalse donde va a perder esa calidad, porque a partir de una determinada cota esa agua en el fondo del embalse contiene elementos que no son aconsejables en el agua potable, compuestos nitrogenados que incluso pueden llegar a ser tóxicos, no llevamos el agua a un sitio donde vaya a mejorar sino al revés, empeorará y será más caro potabilizarla. Y luego está lo económico de todo esto: ¿realmente se consigue un precio adecuado para el problema que tenemos o podría solucionarse de una manera más barata con otras políticas?

- Eiras en pocos días de lluvias se ha recuperado de un modo significativo, sin embargo se ha hablado reiteradamente del trasvase. Da la sensación de que las decisiones se toman a salto de mata

-Claro, además la cuenta del Verdugo-Oitavén es, de todas las de Galicia, la que tiene una más rápida respuesta a las precipitaciones, tanto para llenarse como para vaciarse, por la propia naturaleza geológica de la zona donde se asienta casi el 75% del agua que se precipita va rápidamente a los cauces fluviales en esta cuenca, que es muy inmoderada: enseguida se llena o se vacía en verano con facilidad, y a esa cuenca están adaptados los organismos, algo que tienen que estar contemplado en la planificación y ha de gestionarse teniendo en cuenta estos cambios.

- ¿Diría que hay argumentos que justifiquen el trasvase del Verdugo?

-No, no los hay, no hay argumentos que justifiquen el trasvase del Verdugo, incluso es difícil de justificar desde el punto de vista legislativo, de ahí los problemas fundamentales.

- En 2019 se prohibirá abonar con purines vertidos al aire?

-Me parece una medida muy acertada porque es un problema muy grave que se arrastra desde hace muchos años y nunca se quiso coger el toro por los cuernos. Lo que se prohíbe es echar purín al aire con una cuba para que no lleguen los compuestos del purín a los ríos, compuestos que son extraordinariamente contaminantes y una de las razones (también los compuestos zoosanitarios que hay en esos purines, algunos de muy alto riesgo) que provocan el deterioro de las masas de agua en las zonas ganaderas, donde hay un constante aporte de purines, es un problema que denunciamos los expertos desde hace muchos años.

- ¿En general cómo están de salud las cuencas fluviales gallegas?

-(risas) Le respondería que comparándolas con quién. Las cuencas gallegas dependen mucho de la densidad de población, la ocupación del terreno y los usos del suelo, las zonas de cabecera de los ríos tienen una salud aceptable desde el punto de vista ecológico pero ya a partir de las zonas medias y bajas, donde se concentran las poblaciones y actividades agrícolas, industriales y ganaderas, van perdiendo calidad. Si nuestro patrón es comparar la salud de los ríos con su situación original, con cómo deberían de estar frente a cómo están, nos queda trabajo por hacer porque distamos mucho de una situación óptima, pero si utilizamos los criterios que usa la administración, la UE y el Estado, que lo que hace es evaluar a partir de unos elementos de calidad muy sencillos, nos encontramos con afirmaciones de que están en muy buen estado, pero eso es como si evaluamos la salud de una persona mirando solo la temperatura del cuerpo, hay que tener criterios más exigentes y estrictos para diagnosticar la situación de nuestros ríos.