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María José Casal con la camiseta con la palabra IMPARABLES de una campaña por la investigación.//FdV

María José Casal: "Cuando me diagnosticaron leucemia a los 14 años pensé: de aquí hay que salir"

La pontevedresa coordina en la ciudad la campaña "Imparables" de la Fundación Carreras

La primera vez que le diagnosticaron leucemia a María José Casal fue en 1992, cuando tenía 14 años. Desde entonces fue trasplantada y ya tuvo una recaída, que también superó, lo que le permitió ser madre. Ahora, es sometida a revisiones periódicas. Además de ser paciente, es colaboradora de la Fundación Josep Carreras contra la leucemia, por lo que encabezará el grupo que mañana sábado se concentrará e instalará una mesa informativa en la plaza de A Peregrina entre las 11 y las 14 horas. El acto, que tendrá lugar también en otras ciudades españolas, se celebrará bajo el lema "Hasta que la curemos, no pararemos".

-¿Por qué este acto en la calle?

-Se trata de recaudar 150.000 euros para conseguir que llegue aquí un tratamiento con inmunoterapia que ya se está aplicando en Estados Unidos desde hace cuatro años. En España no lo hay en ningún hospital, ni público ni privado. Si algún paciente quisiera costeárselo, tendría que ir a Estados Unidos.

-Una vez más, la salud cuesta dinero...

-Pues sí, porque ya me dirás tú qué le puede suponer al Estado español 150.000 euros para una máquina. Es increíble.

-¿En qué consistirá el acto de mañana?

-Repartiremos folletos para llegar al mayor número de personas posible. Para poder contribuir, tienen que enviar la palabra IMPARABLES al 28027. También informaremos sobre el trasplante de médula.

-¿Es difícil conseguir donantes?

-La última vez que hablé con uno de los hematólogos de Montecelo me dijo que cada vez había más personas que se animan.

-Solo tenía 14 años cuando le diagnosticaron leucemia por primera vez. Supongo que ni sabría qué era.

-No, para nada.

-Igualmente, ¿fue un shock?

-Yo desconfiaba lo que era, pero estaba claro que no era nada bueno. Por aquel entonces, el porcentaje de salir adelante era muy baja.

-¿Se asustó?

-No. Yo me dije: si esto es lo que hay, de aquí hay que salir. Así me lo tomé, sin saber muy bien a qué me enfrentaba ni qué me iba a pasar. Veía casos de personas que no lo superaban en el hospital y yo me decía: no voy a ser una de ellas.

-Le obligó a madurar antes de tiempo...

-Sí. Las personas que pasan por algún tipo de enfermedad así, maduran antes. Te das cuenta de cosas que antes no valorabas. Te ves en el hospital y piensas en lo bien que estabas antes.

-¿Tenía antecedentes en la familia?.

-No. Y de hecho, los datos que tienen los médicos es que no se trata de algo hereditario. No se conocen las causas, pero se sabe que no es hereditario. Por desgracia, en mi familia ya ha habido tres casos. Ya tuve una prima y, en abril de este año, se la han diagnosticado a un primo.

-¿Ambos por la misma parte familiar?

-No. Ella por parte de mi familia materna y él, por la paterna. Ha sido totalmente casual.

-Le afectaría a su trayectoria escolar.

-Claro, porque empecé en junio de 1992 y el trasplante me lo hicieron en enero de 1993.

-¿Quién le realizó el trasplante?

-En mi caso no había nadie compatible. Hoy día buscan hermanos, pero solo uno de cada cuatro son compatibles. Lo que me hicieron fue un autotrasplante. Me quitaron mi médula, la trataron y me la volvieron a implantar. En principio funcionó. Fueron 15 años sin recaer.

-Es una práctica habitual ahora, pero por aquel entonces...

-No, por aquel entonces no. Un médico me dijo que era algo imposible diez años atrás y que tenía un 14 por ciento de posibilidades de vida. Y yo pensé: pues yo estoy ahí, en ese 14 por ciento.

-¿En qué se apoyaba para ser tan optimista?

-En la familia y en los amigos, en la gente que está ahí contigo y que te hace salir adelante como sea, te transmiten ganas de vivir. Yo pensaba que me quedaban muchas cosas por hacer.

-¿Dónde fue tratada?

-El tratamiento fue aquí, en Pontevedra, pero el autotrasplante, en Madrid. Después, revisiones periódicas. Al cabo de 15 años me las hacían cada dos años, fue cuando me apareció otra vez, en 2006.

-Durante todo ese tiempo, ¿vivió con miedo?

-No eres consciente. Cuando te vuelven a dar la noticia con 29 años piensas que es cierto que puede volver a pasar. Me apareció también un sarcoma en la zona de la nariz, tuvieron que radiarme y aplicarme quimioterapia. Los ciclos son iguales.

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