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Una luz en Mugartegui para el defensor de Pontevedra

Durante años los capitalinos iluminaron una ventana del Pazo de Lobeira, en la habitación donde murió Tristán de Montenegro

La ventana hacia Mugartegui que se iluminaba cada noche tras fallecer Montenegro. // Gustavo Santos

En 1479 Pedro Madruga ha conseguido recuperar casi todas las fortalezas que había perdido en la guerra sucesoria castellana y asedia Pontevedra. Entre los que le hacen frente dentro de la muralla, su antiguo vasallo Tristán de Montenegro, uno de los cientos de vecinos de la villa que soportan la guerra entre los partidarios del poderoso señor de Soutomaior, defensor de las opciones al trono de Juana la Beltraneja y del bando portugués, y los del arzobispo Fonseca, del que depende la ciudad del Lérez y partidario de la futura monarquía de los Reyes Católicos.

A Tristán de Montenegro le había sido encomendada la guardia de Pontevedra frente a las tropas de Pedro Madruga. Era señor de Mourente y según recogen las crónicas publicadas aproximadamente un siglo después, un "valiente caballero" propietario de una casa y una torre situadas en el actual Campillo, frente a la basílica de Santa María.

Estaba al frente de otras dos torres defensivas en Mourente pero su principal fuente de operaciones era esta casa-torre familiar contigua a la muralla cuyos restos, de unos 200 metros cuadrados aproximadamente, fueron localizados hace escasos años en la excavación arqueológica del Campillo de Santa María.

"Vivió un momento histórico terrible para la ciudad", explica a FARO el arquitecto y autor de Pontevedra Monumental Rafael Fontoira Surís, "Pontevedra estaba sumida en una guerra fratricida que mantenían a su vez dos destacadísimas familias, los Mariño de Lobeira y los Soutomaior; y él por su parte era el propietario de la Torre del Oro situada frente a la basílica y al que le había sido encomendada la defensa y custodia de la villa".

Soutomaior y Mariño de Lobeira eran ambos monárquicos (si Madruga al respaldar a la Beltraneja defendía sus propios asuntos como conde de Camiña sus rivales buscaban lograr aún más influencia de la mano del clero y los monarcas católicos) y vecinos, pero, sobre todo, eran "enemigos acérrimos", indica Fontoira Surís.

Éste relata que el caballero Montenegro fue alcanzado por "una espingarda, como de hecho cuenta la inscripción de su sepulcro, es decir que recibió un disparo de las tropas enemigas partidarias de los Reyes Católicos".

Herido de muerte, fue trasladado a la casa de los Mariño de Lobeira, uno de los más antiguos edificios de Pontevedra, datado del siglo XV y de reciente actualidad por la autorización de Cultura a su desmontaje y recuperación.

"Lo llevaron al pazo situado actualmente en la calle César Boente", relata el historiador, "a una habitación iluminada donde agonizó".

Murió pocas horas después pero los pontevedreses se resistieron a que la pequeña luz que había alumbrado a su defensor se apagase. "Era un personaje muy querido, así que durante muchos años encendían una vela en la ventana situada sobre el arco, en la habitación donde murió".

Al pasar bajo la ventana "rezaban una oración", relata Fontoira Surís, y recordaban al caballero de yace armado con la espada ceñida y cubierto con yelmo en un sepulcro cuya inscripción (por cierto equivocada de fecha) dice que murió en 1464.

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