Los trabajadores de la fábrica de Ence están dispuestos a plantar cara, con una huelga si es preciso, a la pretensión anunciada por la empresa de despedir a 144 trabajadores del grupo. La documentación sobre este expediente de regulación de empleo (ERE) extintivo será entregada mañana en Madrid, al comité intercentros.

Las asambleas celebradas ayer en la fábrica de Lourizán dieron "carta blanca" al comité para que, si es preciso, coordine un calendario de movilizaciones, según confirmaba ayer el presidente del comité y delegado de CIG, Suso Graña, quien reconocía que "tendremos que ir a la huelga porque esto no se va a arreglar con unas concentraciones o unas pintadas".

Suso Graña considera que la razón alegada por la empresa para plantear el ERE, las nuevas medidas energéticas del Gobierno, "son una disculpa" pues antes de que se conociesen, los responsables de la empresa "ya nos hablaban de la necesidad de una flexibilización, que es lo que quieren plantear en el futuro convenio marco, y de sobraban 150 trabajadores".

En la reunión que se celebrará mañana en Madrid para hablar del ERE, además, se intentará definir la composición de la comisión encargada de negociar el que será el primer convenio-marco del grupo Ence, que sustituirá a los convenios vencidos de los distintos centros de trabajo (las plantas de Pontevedra, Navia y Huelva y las oficinas centrales).

Desde el comité de la fábrica de Lourizán se planteará a los responsables de Recursos Humanos de Ence varias exigencias antes de abrir una mesa negociadora, entre ellas, "que quede en suspenso la ultraactividad recogida en la última reforma laboral" , ya que su convenio de empresa venció en septiembre de 2012 y todavía no se ha planteado la negociación. La ultraactividad señala un plazo máximo de un año para renovar el convenio y si no es así se pierde el marco de relaciones laborales existente en favor de otro genérico, de rango superior y siempre más lesivo para los intereses de los trabajadores.

La suspensión de la ultraactividad será un requisito sine qua non para avanzar. El otro será la petición de una comisión negociadora de 14 personas: cinco de la planta de Navia, cuatro de Pontevedra, cuatro de Huelva y uno de oficinas centrales, además de un representante de Pontevedra y otro de Navia, con voz pero sin voto.