Siguiendo la tendencia a la que ya se han sumado algunos municipios de la provincia, el gobierno local prorrogará los presupuestos municipales aprobados para el pasado ejercicio de 2011 hasta, al menos, el primer trimestre de este año, según avanzó ayer el alcalde Luciano Sobral.

El retraso en la aprobación de las nuevas cuentas, explicó el regidor municipal, se prolongará hasta que el Gobierno central y la Diputación den el visto bueno a las suyas.

"En vez de aprobarlo en febrero, como los últimos años, lo haríamos en marzo", aclaró Sobral, que basa la decisión en "la evolución económica" actual.

La demora permitirá además a la Administración local introducir las novedades en materia fiscal impuestas desde Madrid, como la subida del impuesto sobre bienes inmuebles (el IBI o "urbana" ), que se situará en el 0,5 aunque en la modificación de tasas aprobada por la Corporación a finales del año pasado se había fijado en el 0,47.

Mientras esperan a que las demás administraciones hagan públicas su cuentas, el gobierno local ganará tiempo para cuadrar el desfase existentes entre ingresos, cada vez menos abundantes especialmente en materia urbanística, y gastos.

La concejalía de Facenda seguirá apretando los recortes impuestos hace meses sobre el gasto corriente, como el control en las horas extra del personal. Además de recortar la inversión en obra pública, que se reducirá a las aportaciones gubernamentales, desaparecerán otros gastos como las ayudas para algunas fiestas.