Mariano Rajoy eligió Pontevedra, la ciudad en la que vivió desde los 15 años y en la que dio sus primeros pasos en la política, para hacer su primera aparición pública tras las elecciones del pasado 20-N y y romper el silencio que mantenía desde entonces. Lo hizo para señalar que "lo que viene es muy difícil", que "las cosas están complicadas" pero también para expresar su convencimiento de que "España va a salir adelante".

Para conseguir este objetivo, duro, ambicioso y alcanzable, el presidente "in pectore" indicó que "tenemos las ideas claras" y la determinación de "ser rápidos y ágiles" a la hora de tomar decisiones. Aún así quiso dejar claro que superar la crisis "no es la tarea solo de un gobierno, no llega, es una tarea de toda la nación: de las fuerzas políticas, de los agentes económicos, de los agentes sociales y de todos los españoles".

Rajoy Brey transmitió este mensaje a la junta directiva del PP provincial (en la que se sientan los alcaldes, los presidentes locales, los parlamentarios electos y la cúpula del partido en Pontevedra) y a un selecto grupo de militantes con los que se reunió en un acto "más que político, casi personal", en el que fue aplaudido y jaleado como presidente. Ante un público arrobado evocó su entrada en la vida pública a los 26 años como diputado del primer Parlamento de la historia de Galicia y una larga trayectoria que le llevó a ser presidente de la Diputación en 1983 o cinco veces candidato al Congreso encabezando la lista por Pontevedra. Y es desde esta provincia que le brindó un éxito electoral sin precedentes al convertirse el PP en el partido más votado en sus 62 concellos –"en la que a mí siempre me han ayudado y sobre todo en los momentos difíciles" – desde la que Mariano Rajoy ha querido dar las gracias "a todas las personas que han dado su voto al Partido Popular en toda España y que han defendido sus posiciones".

En este contexto de agradecimientos hizo mención expresa de la cena que tuvo en Pontevedra "cuando perdimos las elecciones en 2008" y lamentó que "yo ahora no puedo organizar cenas, no está el momento para esto, hay mucho lío".

El próximo presidente del Gobierno rebatió a todos los que puedan cuestionar su ausencia de la escena pública desde la noche electoral: "No he podido parar, no he salido de Madrid, tenía que hablar con mucha gente y tenía que estar preparando planes para el futuro próximo".

Su estancia en Pontevedra, una visita privada de fin de semana que dedicará de manera especial a su padre, Mariano Rajoy Reboredo, le servirá para recargar pilas cara a su viaje a Marsella, en donde el próximo jueves hará su debut internacional como presidente "in pectore" de España, en el encuentro del Partido Popular Europeo que se celebrará en la ciudad francesa.

Allí, anunció, se reunirá con "los principales dirigentes europeos" a los que informará sobre lo que será los ejes de referencia de su futuro gobierno. "Estamos a favor de controlar el gasto, de no vivir por encima de nuestras posibilidades, de no gastar lo que no tenemos" enumeraba ayer Mariano Rajoy, en una comparecencia ante los medios sin preguntas.