"¿Qué es lo que ha pasado esta primavera para que hayamos disparado la violencia y la imprudencia en la carretera?". La pregunta se la hacía Delfín Fernández Álvarez, subdelegado del Gobierno en Pontevedra, ante el trágico balance de fallecidos en carretera que dejó el pasado mes de abril y después de que mayo comenzase también con la pérdida de vidas sobre el asfalto.

Los datos, hechos públicos ayer por la Dirección General de Tráfico, son escalofriantes: abril de 2010 se cierra con un total de 10 fallecidos en la provincia, frente a los 3 del pasado ejercicio. Pontevedra acumula la mayor parte de las víctimas mortales en Galicia, que fueron un total de 15 el mes pasado.

Encontrar una respuesta a la pregunta que se realiza Fernández Álvarez es complicado, pero el propio subdelegado apuntó ayer hacia los conductores como principales responsables de los accidentes; por lo que insiste en la necesidad de extremar la prudencia y respetar las normas de circulación.

Y es que, por ejemplo, los dos últimos accidentes brutales en la N-640 –el de A Golada y el más reciente de Caldas, que se cobraron seis fallecidos– se produjeron "por causas no atribuibles a la carretera". También en el corredor de O Morrazo, una vía que ha registrado últimamente una gran mortalidad, "los accidentes no se han producido en un mismo punto sino en tramos diferentes y en esta carretera la Guardia Civil ha detectado infracciones graves, como conductores que iban revisando facturas o leyendo el periódico". Esto no quita que se trate de un vial "que debe desdoblarse debido a la fuerte intensidad de tráfico que soporta". En cualquier caso, Fernández Álvarez explicaba que tampoco es posible "convertir todas nuestras carreteras en autovías".

Imprudencias

Los datos que maneja el subdelegado del Gobierno indican que el 70% de los accidentes graves, la mayoría de ellos con víctimas, se producen por invasión del carril contrario; el exceso de velocidad está detrás del 20% de los accidentes con fallecidos; el alcohol influye entre un 30 y un 40% de los siniestros mortales y entre el 40 y el 60% de las víctimas no utilizaban el cinturón (entre ellos dos de los jóvenes que perdieron la vida en el accidente de Caldas). Además recordó que en 2009 aumentó el número de infracciones por exceso de velocidad, alcoholemias positivas y la no utilización del cinturón.

El subdelegado del Gobierno cree que, ante estas cifras, "la enseñanza es patente". "Hay que llamar la atención de que el conductor es el ser inteligente y es el que debe adaptar la conducción a las condiciones del firme y climatológicas, a la seguridad de su vehículo y a las circunstancias del tráfico", indicó.

Para el subdelegado, no cabe duda de que las administraciones tienen que seguir actuando para mejorar las carreteras pero cree que es fundamental seguir incidiendo en la puesta en marcha de programas de seguridad vial y concienciar a los conductores de que es imprescindible "ser prudentes y respetar a los demás conductores en la carretera como se respeta al resto de los ciudadanos en la ciudad". Delfín Fernández recordó que el último accidente que se produjo en Lalín, ya en el mes de mayo, tuvo su origen en una salida de vía por exceso de velocidad y que la víctima no utilizaba el cinturón de seguridad.

Tendencia positiva

En cualquier caso, Fernández Álvarez quiso remarcar, tal y como hizo el delegado del Gobierno, Antón Louro, que la tendencia en materia de siniestralidad vial en las carreteras de la provincia sigue "una tendencia positiva" en los últimos años, pese a repuntes trágicos como el del pasado mes de abril.