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Rubén Campo es el nuevo presidente de los empresarios del sector funerario en Ourense. | // FDV

ENTREVISTA

Rubén Campos: “Ourense tiene 70 funerarias; un exceso que augura un mal futuro del sector”

El presidente de la Asociación de Empresas Funerarias de Ourense advierte que mientras la mayoría de ciudades cuentan con dos o tres firmas de este tipo hay pueblos ourensanos con hasta tres para solo 2.500 vecinos

Rubén Campos Fidalgo es uno de los pocos ejemplos de relevo generacional al frente de una empresa familiar, en su caso Funeraria Campo. Además, y a sus 36 años, acaba de asumir hace pocos meses la presidencia de la Asociación de Empresas Funerarias de Ourense, Apefo, un sector muy fragmentado. Frente a otras ciudades que disponen de dos grandes funerarias, en Ourense hay hasta 3 en algunos pequeños concellos. La cultura tradicional de la muerte sigue vigente, con un porcentaje mayoritario de familias que piden un modelo de sepelio tradicional, en el que la incineración, roza el sacrilegio. Ese “descanso eterno” que promulga la iglesia, el feligrés de a pie exige que sea en sepultura o nicho, y en el camposanto del pueblo que le vio nacer.

¿Cuántas empresas del sector funerario trabajan en Ourense

Es casi incontable. Unas se fueron fusionando, otras siguen con la licencia que tenían anteriormente, y en los últimos años abrieron tres más. La cifra total ronda las 70 empresas funerarias en la provincia, de las cuales 40 están en Apefo. Es algo desproporcionado, un exceso, pues en el resto de España hay dos o tres a veces por provincia. En Vigo, por poner un ejemplo, tienen dos o tres grandes funerarias y sin embargo en pequeños municipios ourensanos como Cartelle, (que ronda los 2.500 habitantes) hay tres funerarias.

¿Qué ocurre para que la provincia tenga esa cifra desproporcionada de empresas funerarias?. ¿Montar una funeraria es aquí el negocio del siglo?

En absoluto. Mientras en otras provincias cada funeraria lleva más de 1.000 servicios anuales, en la provincia de Ourense son 3.000 decesos en total al año, y esas 70 empresas para realizarlos. Esta situación arrastra de años atrás. No hace tanto era el carpintero o ebanista de cada zona el que hacía el ataúd para el difunto, lo cobraba y el resto lo hacían los propios vecinos .Al venir la moda de las empresas funerarias, los mismos carpinteros u otros vecinos los que montaban su propia funeraria.

Algunos ni siquiera tenían coche fúnebre y lo subcontrataban. En la mayoría de los casos eran personas que tenían un taxi, eran carteros u oros oficios, y gestionaban los entierros como un ingreso complementario. Muchos se establecieron como funerarias, pero sigue habiendo en la provincia personas que compaginan este negocio con otros empleos particulares. A eso se sumó que esas funerarias incorporaron también el mundo de los seguros de vida, salud y decesos para tener otro nicho de mercado.

¿Esta evidente saturación de empresas del sector funerario es uno de los puntos débiles del sector en la provincia?

Sí, lo es, aunque hoy en día la preocupación es que nuestros profesionales cumplan las normativas en vigor, como el decreto de policía sanitaria mortuoria, y en especial además el convenio laboral que afecta a las que tienen empleados. Estamos en vilo con eso. Comienza a haber un número de trabajadores creciente en el sector, porque este es un trabajo de veinticuatro horas y los 365 días al año; la gente quiere vida y tiene que contratar trabajadores o subcontratar a empresas prestadoras de servicios para garantizar una buena atención. Como la de porteadores, para llevar el ataúd, cuando antes eran los vecinos los que ayudaban a todo esto, y ahora todo está profesionalizado y eso requiere inversión y medios.

¿Pero existen empresas que prestan el servicio de porteadores del ataúdes en Ourense?

Sí, hay una empresa multiservicios, que ofrece el de porteadores, pero tiene la sede en Ferrol. Hay que recurrir a este tipo de apoyos mediante subcontrata. Una empresa funeraria que tienen una media de 5 entierros al mes, por ejemplo, no puede disponer de ese personal fijo en plantilla.

¿Cuál es la media de decesos en la provincia que deben de atender anualmente?

Son unos 3.000 anuales y los datos son muy diferentes y puede haber alguna de la grandes funerarias en la capital que realizan más de 500 servicios anuales, pero luego hay algunas funerarias que llevan 100, o 50 anuales.

¿Cómo ve el futuro del sector, en una provincia con tanta oferta diseminada?

No auguro un buen futuro pues la población disminuye, pero los gastos de las empresas van a más, y no es fácil que se puedan mantener este número tan grande de empresas. Hay que ofrecer un servicio con buenos vehículos, de alta calidad, y todo lo que la sociedad demanda y eso requiero una importante inversión.

En Ourense se está construyendo un lugar de enterramiento para personas sin recursos. ¿Tan oneroso resulta para las familias costear este servicio?

No se puede decir un precio fijo de lo que esto supone, pues varía por muchos conceptos. Desde el precio de la esquelas que a menudo en el rural se sustituyen por los avisos en árboles, postes públicos, a si quieren velatorio o no pues los hay gratuitos en unos pueblos y en otros concellos tienen precios concertados de 800 euros. Si la familia decide la incineración también cambian la tarifa final. Pero podemos decir que a partir de 2.000 o 2.500 euros se puede correr con la gestión de un funeral algo que descarga a las familias en momentos difíciles y que agradecen.

"En una cultura rural, tan arraigada, las incineraciones no llegan ni al 1%"

¿Es estricto el sector en el cumplimiento de la normativa sanitaria?

A días e hoy está regulado. El problema era hace unos años, cuando se exigió a esos velatorios que empezaron a abrir en cada concello, que dotaran un túmulo aislado para velar el cadáver, yo sistemas de refrigeración para garantizar temperaturas máximas de 4 a 8 grados. Unos velatorios no tenían máquinas, a otro había que ponerle potabilizadora de agua. Fue un gasto enorme parra los concellos. Ahora el problema es saber si esas instalaciones una vez sufragada la adaptación siguen en buen estado. Aquí la gente culturalmente quiere el velatorio en el mismo pueblo, por eso hay un número exagerado, podrían ser más de cien entre públicos y privados. Por eso se está preparando desde la Xunta la elaboración de un registro, que tendrá al d día el estado y revisiones que pasan esas instalaciones.

Habrá entonces un control oficial del estado de los velatorios.

Así es. Las empresas podremos saber antes de hacer un traslado, si ese velatorio en concreto pasó la inspección, y todos los sistemas funciona de acuerdo a la ley. No somos perseguidores, tenemos que tener mano derecha y ayudar a todos las empresas para no entrar en conflicto y poner paz pero donde veas irregularidades hay que mediar para que se cumplan, no denunciar para ganar aún tu nicho de mercado.

En una cultura tan arraigada, en especial entre los mayores ¿tienen cabida las incineraciones?

En el rural apenas. Están muy relacionadas con el tipo de sociedad en el que trabajes. Los mayores mantienen el enterramiento. Puede haber algún caso en el que esa persona lo pidió en vida, pero es un uno por ciento por tema también religioso, pues quieren estar en su camposanto. Aunque estemos en una sociedad multicultural, hay que cumplir los deseos y costumbres de esos mayores, que siguen teniendo todavía un gran peso en esta provincia.

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