Ourense sí es país para abuelos, jugando con el título cinematográfico de los hermanos Coen. El incremento de la longevidad, que ha seguido avanzando a lo largo del siglo XXI, hace que esta provincia esté en segundo lugar, después de la de Zamora, como la que tiene la tasa de envejecimiento más alta de España.
Esta tasa en concreto es del 303 por cien, y significa en términos estadísticos, que hay 3 personas mayores de 65 años, por cada joven menor de 16 años. Un abismo, frente a la tasa media de envejecimiento en España que es de 129, es decir apenas 1,3 mayores de 65 años por cada joven menor de 16 años, según los resultados que publica el Instituto Nacional de Estadística, INE, correspondientes al pasado año 2021.
Mayor esperanza de vida
Las mejores condiciones económicas, sociales y sanitarias, inciden en ese aumento de la longevidad, de modo que, en la provincia, una persona que tenga ahora 65 años, y esté por lo tanto en el cupo por tanto de los ya jubilados, tiene una esperanza media de vida de 21,5 años más, es decir una expectativa de vida por encima de los 86 años, indica en este caso el IGE, Instituto Gallego de Estadística IGE. Una esperanza de vida que sube hasta los 23,8 años más de media para las mujeres mayores de 65, que son mayoría y además las más longevas.
El porcentaje de población de 65 o más años con respecto al total de población de Galicia, aumenta año tras año. En la actualidad representa el 25,7% y las previsiones apuntan a que se situará en el 33,0% dentro de 13 años.
Sin embargo en Ourense, sitio distinto, la cosa se complica, pues hay ya un 31,6% de mayores de 65 años en la actualidad, frente a la media estatal, que es del 19,8%. La previsiones realizadas por el IGE, apuntan a que en Ourense, en el año 2035, habrá casi un 38% de mayores de 65 años.
El envejecimiento poblacional, es uno de los temas que más preocupa actualmente en Galicia, precisamente por ser una de las regiones en las que este fenómeno, y, según explica el Gobierno gallego, a través del IGE, esas personas que pueden identificarse “persona mayor”, precisan de información específica, desde distintos ámbitos: demográfico, social, educativo, sanitario, laboral y económico.
Pero, ¿cómo son y como viven estos mayores? En casi el 61% de los casos, los mayores de 65 ya jubilados viven en hogares en los que todos sus componentes pertenecen a los mismos grupos de edad. Más de la mitad del total (un 58,7 por ciento de los pensionista de Ourense) están casados, mientras que un 7% está soltero y casi un 30% son viudos o viudas.
Los tiempos han cambiado, y y ya solo aparece un 2% de personas analfabetas, y en las franjas mas avanzadas de edad, pues el 34% de los mayores de 65 años han finalizado estudios primarios en la provincia y casi un 50%, secundarios de primera etapa. El 7,7 % de mayores ourensanos, tienen estudios superiores. Además el 30% de esos mayores, utilizan ordenador y nuevas tecnologías, algo que les ayudará sin duda mucho mejor el tiempo, dada esa prospección que anuncia una aún mayor longevidad.
Proponen bajar la fiscalidad en provincias de la “Galicia vaciada”
Este aumento de la tasa de envejecimiento, afecta especialmente a Ourense y Lugo y va a unida indefectiblemente a esa baja tasa de natalidad y al éxodo que deja una fuerte despoblación. Así Galicia Baleira alerta de que Lugo ha perdido “más de 2.000 habitantes en un año” y Ourense más de 1.500” en el último año. Con estas cifras encima de la mesa, critican que ambas provincias “no sean tenidas en cuenta” en los planes nacionales de fiscalidad reducida o adaptada por la clase política que, censura, “continúa obviando o considerándolo un problema menor a pesar de la gravedad actual y futura que representa”. Demandan por lo tanto ayudas fiscales a los productores, pequeñas y medianas empresas ubicadas en las zonas rurales, bonificar un 20% los costes laborales --salario del trabajador y las cotizaciones a la Seguridad Social--, deducciones en el IRPF tanto a nivel estatal como a nivel autonómico y rebajar el IVA a los productos del sector primario. Piden además, una rebaja del IBI en las viviendas, impuestos de transmisiones tendentes a cero, reducción de tarifas para actos jurídicos documentados, ayudas para trabajadores autónomos o empleados por cuenta ajena que inicien una actividad en las áreas rurales, ayudas para alquileres, compra y rehabilitación de viviendas, fomentar las instalaciones para autoconsumo energético y habilitar redes de transporte.”
