Tras la retirada de basura en el cauce fluvial del Barbaña y la mejora de hábitats específicos de aves ligadas al medio agrario, la asociación ecologista Ridimoas de Beade empezó a sembrar centeno (secale cereale) y guisantes (pisum sativum), con el fin de mitigar las dificultades alimentarias de las aves granívoras silvestres. En el mes de abril plantará maíz (zea mays). Ha elegido semillas autóctonas que lograron recuperar en las montañas de O Ribeiro, donde aún hay agricultores que las tienen. Con esta iniciativa quiere recuperar la población de la “tórtola común”, que está en declive porque en su viaje los cazadoras las matan y en O Ribeiro no consiguen suficiente alimento.

Centeno y maíz para las aves que llegan al Ribeiro

A esta asociación no se le escapa ningún detalle a la hora de intentar mejorar el ecosistema de la fauna y flora de su bosque. En esta ocasión ha cerrado una parcela en la que ya sembró centeno y guisantes, y ha reservado otra parte para maíz. En primavera migran aves, entre ellas tórtolas desde África para criar, pero cada vez llegan menos debido a que no encuentran suficientes alimentos en estado silvestre a causa de los herbicidas utilizados en los viñedos y en los caminos públicos. Eso está provocando que “cada vez vengan menos tórtolas”, según apunta Pablo Rodríguez Oitabén, presidente de la asociación, por lo que con esta actuación “va a ser un primer paso para ir evaluando si esta inversión vale la pena”.

Esta parcela en la zona del Barbaña se limpió, se abonó con estiércol de caballo, se cercó y se sembró. Fueron contratadas tres personas para estos trabajos, y a mayores se sembraron guisantes porque al ser trepadores, al crecer, cubrirán la alambrada metálica del cierre haciéndola más visible para evitar que choquen otras aves, como la lechuza de bosque “cáravo” o la ave nocturna que caza ratones. Además los guisantes son un alimento muy apetecible para la fauna silvestre. Explica Rodríguez que otros años se plantaron semillas, pero “de manera metódica y bien preparado todo, esta es la primera vez”.

Molinos restaurados

Con esta parcela de 611 metros cuadrados colinda un molino en el margen derecho del riachuelo de Caldelas que separa los municipios de Beade y Leiro y que se restauró con una inversión grande. Tiene dos ruedas, una para centeno y trigo, y otra para maíz originario de América Central que, según alguna documentación histórica, empezó a cultivarse con regularidad en Galicia en el siglo XVII. De este molino se sabe que, con fecha 17 de mayo de 1759 , se llevó a efecto la toma de posesión in situ por Fray Ceferino Antonio Martínez y Prego de Montán, presbítero de la feligresía de Beade. Fueron también bienes que de los templarios pasaron a la Encomienda de Beade de la Orden de San Juan de Jerusalén. En la actualidad, tanto los molinos como la totalidad de la finca en que se asientan pertenecen a Ridimoas, que los adquirió en el año 2017.

En el paraje catastral de la Barbaña, conformados por tierras de Beade y Leiro, esta asociación controla un total de cincuenta hectáreas entre parcelas compradas y otras cedidas recientemente por vecinos del municipio de Leiro.

Los visitantes que acudan al bosque Ridimoas pueden ver estos antiguos molinos restaurados. Este año la asociación también empezó a realizar análisis periódicos del agua que cruza la parcela donde están ubicados, ya que “a veces baja con mucha espuma, sobre todo los días de lluvia, y creemos que debe haber vertidos en la parte alta”.